La basura debajo de la alfombra (o de millones de pesos)
Hace años que, gobierne quien gobierne, la empresa ESUR tiene el monopolio de la recolección de residuos en la ciudad, y lo perpetúa a pesar de la importante cantidad de denuncias de los vecinos acerca de la ineficacia del servicio.
La empresa ESUR bate récords de permanencia desde la intendencia de Abel Román, entre 1981 y 1983, cuando se firmara un contrato con Transporte 9 de Julio por veinte años con posibilidad de renovación.
En el 2001, el jefe comunal peronista Julio Alak convocó a una licitación —después de dos prórrogas sucesivas— que ganó la Unión Transitoria de Empresas (UTE), conformada por Transporte 9 de Julio y una desconocida empresa sin antecedentes, que pasaron a funcionar desde entonces con el nombre de ESUR SA.
La privatizada de la recolección trascendió a todos los gobiernos, lo que fue llevando a su turno a sucesivos pedidos de informes conforme quien gobernara en estos más de 40 años. El resultado fue que se quedara con el negocio total de la basura, incluso cuando la licitación del 2001 habilitó formalmente la división territorial de la ciudad en dos zonas, para que operasen empresas distintas.
Hoy por hoy, ESUR S. A. se lleva el 25 % del presupuesto de cada año.
Sin embargo, proliferan las denuncias por falta de contenedores, la escasa frecuencia de recorridos o por los basurales que se extienden a lo largo y ancho del ejido de la capital bonaerense.
La concesionaria se lleva, en promedio, entre el 20 y el 25 % del presupuesto municipal al año, pese a no cumplir con las condiciones del servicio, tal como establece el pliego de contratación. La “torta” de recursos se multiplicó considerablemente en los últimos cuatro años, al pasar de los $1.810 millones que facturó en 2019 a los más de $12.000 millones presupuestados para 2023. En el 2022, según la rendición de cuentas, la concesionaria se llevó $7.133.616.156, es decir, casi el 21 % de los $34.239 millones que terminó ejecutando la administración central platense en todo el año. El gasto en el rubro, según el detalle de la rendición de cuentas municipal, fue de $594 millones al mes y de $19,5 millones al día.
El programa de “Barrido y Recolección”, que está bajo la órbita de la Secretaría de Gobierno, ejecutó gastos totales en 2022 por $11.469 millones. Si bien el presupuesto de ese año proyectaba que el contrato de ESUR sería de $6.427 millones, ese número se elevó en $706 millones más por efecto de la inflación.
En 2019, la empresa cobró más de 1.800 millones de pesos sobre un presupuesto total de 9.955 millones, es decir que representaba el 18 % del total. Un año después, el canon se elevó a $3.344 millones sobre un gasto proyectado de $13.499 millones, es decir el 25 %. En 2021, en tanto, cobró $4.254 millones sobre un presupuesto total de $16.734 millones, ubicándose también en el orden del 25 %. En 2022, percibió finalmente $7.133 millones sobre los $34.239 millones ejecutados por el Municipio por todo concepto.
Desde hace décadas, el negocio de la basura en La Plata está sospechado de ser una “caja negra” de la política. Por eso, nunca se avanzó hacia la municipalización del servicio, porque ello hubiese implicado ponerle punto final a las “cajas políticas” que se conforman con las llamadas “comisiones” que se suelen pagar por contratos de tamaña envergadura.
Cabe destacar que distritos como Berisso y Ensenada tienen un servicio municipal de recolección.
ESUR ha tenido muchos inconvenientes que van desde basurales hasta incrementos significativos en su presupuesto. Es de público conocimiento que el sistema de recolección de basura en la ciudad platense siempre ha sido deficiente y no se acompañó con una política ambiental proyectiva.
Sin control
En el año 2009 se sancionó, mediante los artículos 13 y 14 de la Ordenanza N° 10.661, la creación del Consejo de Control y Seguimiento del Programa de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (Girsu).
La normativa, que fue sancionada en 2009, establece que el órgano estará integrado por un representante por cada Organización No Gubernamental que aborden las problemáticas ambientales y con personería jurídica provincial con al menos dos años de antigüedad; dos representantes del Departamento Ejecutivo, dos representantes de la Comisión de Ecología y Medio Ambiente del Concejo Deliberante y un miembro por la mayoría y otro por la minoría que disponga el presidente del Concejo Deliberante. Los integrantes del consejo cumplirán funciones ad honorem.
Sin embargo, nunca fue puesto en funciones.
Los dueños en las sombras
El directorio de la empresa, de acuerdo con el Boletín Oficial de la Provincia de Buenos Aires, está integrado por Ricardo Alberto Molina como presidente, Gabriel José Suárez es su vicepresidente, Juan Terruli aparece como miembro del directorio y sería el gerente general.
Diferentes reportes basados en otras operaciones comerciales dan cuenta de la participación de ESUR S. A. y de las empresas que la integran en un conglomerado de compañías que operan interrelacionadas con distintos emprendimientos en otras zonas del país. A los mencionadas Transporte 9 de Julio y Bilsa, se suma Etrans S.A., otra UTE (en este caso integrada por la propia 9 de Julio y otra empresa denominada Estre) dedicada al saneamiento ambiental.