La gestión que apunta a un proyecto de país industrializado

Los ministerios nacionales de Agricultura, por un lado, y de Ciencia y Tecnología, por el otro, recientemente han puesto en marcha proyectos que demuestran la necesidad de avanzar en materia de desarrollo productivo y sustentabilidad nacional. Esto se da en el marco de una gestión que prioriza el acompañamiento de los productores y la seguridad alimentaria, con el debido manejo de los recursos naturales, afectados hoy por el contexto de cambio climático.

El Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca, comandado por Julián Domínguez, puso en marcha el programa Ce­rrando Brechas Productivas a través del Plan 25 MT, establecido por la Resolución 113/2022, el cual convoca a profesionales del sector agropecuario para brindar asistencia técnica directa a los productores a lo largo del ciclo del cultivo.

El objetivo principal es aumentar la productividad del trigo potenciando a los productores que en las últimas campañas vienen obteniendo bajos rendimientos, para dar respuesta a la seguridad alimentaria con herramientas y conocimientos que potencien el sector, y así generar “valor agregado” a los productos nacionales que se posicionan en el mercado internacional.

El programa, cuya duración será de tres campañas, busca asistir a 1.000 productores por año, beneficiando a los de las diferentes regiones que siembren entre 100 y 500 hectáreas de trigo y que, por cuestiones tecnológicas y de manejo, en las últimas tres campañas no hayan superado el rendimiento promedio del departamento donde realizaron el cultivo.

Para ello, se contratará a profesionales de las ciencias agrarias que brinden asistencia técnica directa a los productores a lo largo del ciclo del cultivo. Para inscribirse y postularse, los mismos deberán tener su matrícula activa y así poder asesorar hasta diez productores que cumplan con los criterios de priorización establecidos.

De esta manera, cada asesor que haya resultado seleccionado elaborará, junto a cada productor asesorado, un plan de trabajo que incluirá dos visitas mensuales de seguimiento, en búsqueda de realizar el manejo más conveniente del cultivo y del suelo para obtener mejores rendimientos por hectárea.

Los profesionales contratados se reunirán mensualmente con los delegados de la cartera agropecuaria nacional y del INTA para analizar conjuntamente los avances en relación con la superficie trabajada, intercambiar experiencias y fortalecer la capacitación en los aspectos claves del manejo del cultivo.

El resultado esperado para este programa es que los productores asistidos incrementen sus rendimientos en al menos 300 kg/ha. En términos generales, estimando una superficie media de 250 ha por productor, la producción incremental esperada por cada campaña será de 75.000 tn de trigo.

Al respecto, el ministro Julián Domínguez afirmó que “tenemos que pensarnos como un proyecto de país y nuestra forma de producir tiene que tener un valor agregado” y remarcó que “la industrialización tiene que ser causa nacional”.

Por su parte, autoridades del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, que lleva adelante Daniel Filmus, visitaron en estos días la provincia de Mendoza para concretar la creación del Centro de Tecnología del Conocimiento para la Sustentabilidad Vitivinícola y Agroindustrial con énfasis en el recurso hídrico, para el cual se destinarán $350 millones.

El mismo surgió a través de un convenio entre el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación; el Instituto Nacional del Agua (INA); la Universidad Tecnológica Nacional (UTN); el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet); el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV); y la Fundación ArgenINTA, partes comprometidas a llevar adelante el proyecto que se encuadra dentro del programa Centros Interinstitucionales en Temas Estratégicos (Cites) de la Subsecretaría de Coordinación Institucional Ministerio.

El objetivo del Centro es conformar un espacio multidisciplinario que acompañe a la región en el proceso de transformación conjunta de sus ecosistemas agroindustriales y de producción de tecnologías del conocimiento 4.0 en pos de un desarrollo agrícola más próspero, de mejor calidad, de carácter sustentable y basado en el conocimiento de la dinámica de los recursos hídricos escasos en el contexto de cambio climático.

Al respecto, Filmus expresó que “hace 200 años las batallas se definían con los sables como hizo San Martín cuando cruzó por acá cerca Los Andes. Hoy la batalla mundial tiene que ver con el desarrollo de la ciencia y la tecnología, por lo cual estamos implementando una Ley (la de Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación) que definió a estos aspectos como política de estado que trascienda los períodos electorales y el aumento para los próximos 10 años” y señaló que “no hay transformación productiva sin el aporte de la ciencia y la tecnología”.

Además, dejó en claro que este tipo de inversiones tiene sentido “si mejora las condiciones de vida de los productores y aquellos que trabajan en el sector”, remarcando el potencial que tiene en el mercado internacional y las divisas, y destacando las condiciones que nuestro país tiene para presentar su capacidad ante el mundo.

Se espera que estas medidas tengan su continuidad a futuro, sea cual fuere el resultado electoral para el próximo año y el modelo de país que proponga quien ocupe los actuales cargos de gobierno; ya que, de verse afectados este tipo de proyectos industriales, retrocederíamos en el desarrollo productivo y económico del país.

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