Los verdaderos números de la pandemia

Todos los expertos coinciden. Las estadísticas de la Covid-19, tanto de casos como de muertes, son todavía muy incompletas. Si no son fiables para evaluar el alcance de la pandemia dentro de un país, aún lo son menos para comparar naciones.

Los gobiernos reportan solo los infectados que pueden detectar, lo que depende de su capacidad para realizar test. A más pruebas, más casos.

“Todos los países tienen un déficit de conocimiento debido a la gran prevalencia de casos asintomáticos o con síntomas leves. La única forma de poder comparar países es realizando encuestas de seroprevalencia (presencia de anticuerpos en sangre) con criterios similares”, defiende el especialista José Martínez Olmos en dialogo con el períodico La Vanguardia de Barcelona.

Las cifras de muertos también son un espejismo. Hasta hace semanas, la mayoría de las naciones solamente contaban las defunciones en hospital y con test positivo, dejando fuera a los hogares de ancianos. Cuando el Reino Unido incluyó retroactivamente las muertes no hospitalarias, la cifra se disparó en 5.000 más en un solo día.

En España los criterios cambian y la estadística va con retraso. Las muertes en hospitales son contabilizadas de forma automática, y el resto debe pasar por el registro civil.

Consultado por el diario Hoy, el abogado y analista internacional Juan Venturino advierte: “Hay países como Venezuela o, en menor medida Paraguay, donde es muy difícil saber a ciencia cierta la verdad de la información”.

Venturino menciona que hay algunos patrones comunes, pero que tienen que ver con cuestiones culturales; con el respeto por las normas de cada país. La incidencia es un poco aleatoria, pero se tiene en claro que el avance en el contagio varía según la rapidez con la que se instauraron los confinamientos en cada país: “En España o Italia y, en menor medida en Reino Unido, permitieron que el virus circulara ampliamente. Para hacerlo gráfico: una cosa es contaminarte con una cuchara, otra con 18 cucharas”.

“El caso de Suecia no se puede utilizar, el Presidente se equivocó al establecer una comparación. Se trata de una sociedad organizada, pero que es muy orgullosa de las libertades personales. El costo político de las medidas sería mucho más alto en Suecia que en otros países, por ejemplo en China o incluso India”, remarcó.