Asunción presidencial

Macri presidente: el comienzo de una nueva era

En su primer discurso ante la Asamblea Legislativa, el flamante mandatario convocó al diálogo y la unidad; prometió luchar contra la pobreza, el narcotráfico y la corrupción, al tiempo que abogó por una Justicia independiente. Federico Pinedo le entregó los atributos presidenciales en la Casa Rosada

En su primer discurso como presidente, Mauricio Macri ratificó varias de sus promesas de campaña. Tras doce años de división y enfrentamientos alentados desde el kirchnerismo, el nuevo mandatario delineó, ante la Asamblea Legislativa, la nueva era iniciada ayer: habló de diálogo, unidad nacional, abogó por una Justicia independiente y reiteró su lucha contra la pobreza, el narcotráfico y la corrupción.

Ni corrupción ni justicia militante

“Este gobierno va a combatir la corrupción”, sentenció Macri. “Los bienes públicos pertenecen al conjunto de los ciudadanos, y es inaceptable que un funcionario se apropie de ellos en beneficio propio. Voy a ser implacable con todos aquellos que de cualquier partido, sean propios o ajenos, dejen de cumplir lo que señala la ley; no habrá tolerancia con esas prácticas abusivas, no hay principio ideológico que pueda justificarlas”, advirtió, en una clara condena a la impunidad del gobierno de Cristina Kirchner, ausente en la ceremonia por su propia incapacidad para abandonar el poder, lo que no es más que el sello de una época que culminó.

De otro tiempo también es la Justicia Legítima y militante. Porque ayer, Macri manifestó su “total apoyo” a la independencia del Poder Judicial, “un baluarte de la democracia, que impidió que el país cayera en un autoritarismo irreversible”, dijo.

“En nuestro gobierno no habrá jueces macristas, no existe justicia ni democracia sin justicia independiente, […] no puede haber jueces militantes de ningún partido”, aseveró, y sostuvo que la Justicia tiene que actuar “con celeridad”, porque “justicia tardía no es justicia”.

Transparencia

El líder Pro también apostó por la transparencia de su administración: “Queremos que Argentina entre al siglo XXI encarando políticas de gobierno abierto. Esconder la realidad es una práctica que nos ha hecho mucho daño. Entorpece la gestión pública, la colaboración y el diálogo libre al que aspiramos, la participación de todos los sectores y protagonistas de nuestra vida nacional requiere transparencia”.

Contra la pobreza y el narcotráfico

Otra promesa de campaña que ratificó el nuevo mandatario fue su plan contra la pobreza: “Nuestra prioridad será lograr un país en el que no haya argentinos con hambre. […] Vamos a universalizar la protección social para que ningún chico quede desprotegido. Vamos a trabajar para que todos puedan tener un techo con agua corriente y cloacas, y vamos urbanizar las villas para transformar la vida de miles de familias”. Para lograr este objetivo, dijo, “hay que generar trabajo, ampliar la economía y aprovechar los recursos”, a la vez que prometió “liderar una revolución en la educación pública, amplia e inclusiva”.

En otro orden, se comprometió “a encarar de frente el narcotráfico” y “a trabajar para devolver tranquilidad y seguridad a las familias”.

Diálogo y unidad

Los 30 minutos del primer mensaje de Macri estuvieron signados por una impronta “novedosa”, “revolucionaria”, de “cambio” y “desarrollo”.  Porque ahora “viene un tiempo nuevo, de diálogo, respeto y trabajo en equipo, con más justicia social”, sin “enfrentamientos ni confrontaciones”, aseguró.

Por eso, luego de fustigar el “autoritarismo” de los “proyectos personalistas que avasallan las instituciones o usan el poder en beneficio propio”, Macri saludó, uno por uno, a los excandidatos que disputaron la presidencia con él, y convocó a “todos, los que se sienten de derecha y de izquierda, peronistas y antiperonistas, a aprender el arte del acuerdo”, para luego citar al expresidente y padre del desarrollismo, Arturo Frondizi, quien “una vez dijo: ‘por su magnitud el desafío que nos aguarda no es cosa de una persona ni de un grupo de personas, es tarea de todo el pueblo argentino e implica también una responsabilidad compartida por todos”. En esta línea, concluyó que los argentinos, unidos, “seremos imparables”.

Luego de prestar juramento y pronunciar su primer discurso, Macri se trasladó hasta la Casa Rosada, donde, de manos del presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, recibió los atributos presidenciales en el Salón Blanco.

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