Milei busca acelerar el acuerdo con el FMI para destrabar USD 2.000 millones
El Gobierno participará del G20 en Durban con la esperanza de cerrar la primera revisión técnica del nuevo acuerdo con el Fondo. Las reservas, el tipo de cambio y la cuenta corriente, bajo la lupa del organismo.
Una comitiva del Ministerio de Economía argentino viajará esta semana a Durban, Sudáfrica, para participar de la cumbre de ministros de Finanzas y banqueros centrales del G20. Pero la prioridad del Gobierno no será la agenda multilateral, sino el avance de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El objetivo central: lograr la aprobación de la primera revisión técnica del nuevo acuerdo firmado en abril y asegurar un desembolso de USD 2.000 millones para engrosar las reservas del Banco Central.
La delegación será encabezada por el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, y el viceministro de Economía, José Luis Daza. Ambos ya habían viajado recientemente a Washington para continuar las tratativas tras la visita del staff técnico del FMI a Buenos Aires. En Sudáfrica, el gobierno argentino intentará reunirse con la número dos del organismo, Gita Gopinath, para apurar los tiempos y lograr un gesto político antes de que el Fondo entre en receso por vacaciones durante agosto.
Según detalló la vocera del organismo, Julie Kozak, “primero deben concluir las conversaciones técnicas y alcanzarse un Acuerdo a Nivel de Personal (staff level agreement). Luego, la documentación será presentada al Directorio del FMI para su revisión y eventual aprobación”. Aunque no hay fecha confirmada para ese paso, el Gobierno espera que el staff envíe el informe antes de fin de mes.
El nuevo acuerdo con el FMI contempla un financiamiento total por USD 20.000 millones. Ya se desembolsaron USD 12.000 millones, y el Gobierno busca acceder a una nueva partida. Pero la relación atraviesa momentos tensos. El FMI expresó su preocupación por el creciente déficit de cuenta corriente, que en el primer trimestre trepó a USD 5.191 millones, el doble de lo previsto para todo el año. También puso bajo la lupa la intervención cambiaria del Banco Central y el esquema que sostiene el valor del dólar.
El Gobierno, por su parte, argumenta que el desequilibrio externo responde a un proceso de expansión productiva tras años de estancamiento, lo que requiere mayor volumen de importaciones en el corto plazo. Desde el Indec se explicó que el déficit se compone mayormente por la balanza negativa de servicios y de rentas, y que fue compensado parcialmente por el superávit comercial de bienes.
En paralelo, el ministro de Economía, Luis Caputo, impulsa medidas para mostrar compromiso con los objetivos del acuerdo. Recientemente avaló compras por USD 400 millones vía block trades —operaciones de compraventa pactadas fuera del mercado tradicional—, con el fin de fortalecer reservas sin presionar el tipo de cambio ni emitir pesos. Además, volvió a promover la privatización de empresas públicas como vía para generar ingresos frescos.
Para el Gobierno de Javier Milei, el viaje a Sudáfrica representa una oportunidad clave. La señal que envíe el FMI sobre la sostenibilidad del programa económico puede impactar no solo en las reservas, sino también en la confianza de los mercados y en la hoja de ruta fiscal de los próximos meses. Asegurar el desembolso antes de agosto es más que una urgencia técnica: es un gesto político que el Gobierno necesita mostrar con fuerza.
