“Resulta poco ético que un operador político sea miembro del Parlasur”

El parlamentario Gastón Harispe adelantó a este multimedio que el próximo 23 de mayo se votará la expulsión de Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, el hombre que hacía de nexo entre el expresidente Macri y la Corte Suprema de Justicia. “Era el constructor de la mesa judicial”, afirmó.

En la última sesión del Parlasur, Fabián “Pepín” Ro­dríguez Simón desafió a los tribunales y a la propia Interpol al presentarse en la reunión llevada a cabo en Montevideo, momento en el que fue abucheado por la gran mayoría de los parlamentarios presentes y debió retirarse de su banca.

Fue la primera aparición pú­blica del exfuncionario de Mauricio Macri desde que está prófugo de la Justicia argentina.

El órgano internacional, mientras aguarda que se acelere la extradición, en su próxima sesión del 23 de mayo finalmente tratará la expulsión de quien se autodenomina “operador político” del gobierno de Mauricio Macri, para lo cual se necesitarán dos tercios de los legisladores presentes para aprobarla.

En ese marco, diario Hoy dialogó con Gastón Harispe, parlamentario del Parlasur por el Frente de Todos, quien explicó la situación de “Pepín” dentro del órgano deliberativo, pero además cuestionó la inacción judicial.

“Fue sorprendente que se hiciera presente, más allá de que en algún momento supusiéramos que podía hacerlo, porque ya había prendido la cámara cuando las reuniones eran semipresenciales, y nos habíamos quejado. Había una parlamentaria que se sentía incómoda con un parlamentario argentino prófugo haciéndose presente, lo cual es lógico porque nos compromete a todos en su situación judicial. Hubo un debate medio improvisado y el ­presidente planteó un pase a cuarto intermedio”, relató Harispe a este multimedio.

Cabe señalar que el presidente del parlamento, el paraguayo Tomás Bittar, le permitió hablar, despertando el enojo de varios miembros, que estallaron en cadena. “Pepín” aprovechó para colar unas palabras, pegado al micrófono, lo que hacía que su voz retumbara por demás mientras despotricaba ironías sobre el “espíritu democrático y republicano”. “¡No estoy prófugo!”, gritaba. ­Bittar, desbordado y enojado, llamó a un cuarto intermedio, después del cual Rodríguez Simón insistió: “¿Entonces tengo mis tres minutos?”. Frente a su pregunta, volvió a resonar el rechazo en la sala, con silbidos y abucheos.

Pese a que “Pepín” pensaba contar con el apoyo de sus pares de Juntos por el Cambio, desde algunos sectores comenzaron a cuestionarlo. “La parlamentaria María Luisa Storani le planteó abiertamente que debía presentarse en la Justicia argentina y tenía que ponerse a derecho porque en la Argentina hay Estado de derecho”, relató Harispe.

“Desde el punto de vista judicial no hay nada que impida que un operador sea un parlamentario. Desde lo que pide la sociedad, desde la ética, la representación política se ejerce desde expresar un sector de la comunidad, esa es la democracia participativa, y dentro de las representaciones está representar un territorio, representar una determinada organización, una minoría de la sociedad. Pero que haya un operador que se presente como tal... que represente solo a Macri y a Comodoro Py, porque así se define él. Eso es la política para ellos, de hecho considera, y lo dijo públicamente, que el Parlasur no debería existir, entonces está claro que su actividad es venir a destruir el Parlasur”, remarcó.

Harispe dijo además que “la tarea de Pepín ha sido, junto con Mariana Zuvic, trabajar contra el Parlasur, por eso es llamativo que siendo prófugo quiera ampararse estando en el Parlasur. Servini no le pide la declaración indagatoria, sino que le pide que vaya por otros temas como la causa Indalo por amenazas y extorsión; no son delitos políticos, pero vale la importancia reflexiva de la representación de un dirigente que tiene como tarea detonar el Parlasur”.

“Pepín ha sido un operador judicial. Intervenía en Comodoro Py, donde había jueces de la derecha política con los que tenía que hablar en nombre de Mauricio Macri y su gobierno en distintos juicios. También lo hacía en negocios de Macri. Era el constructor de la mesa judicial. Fue el impulsor de dos jueces de la Corte Suprema”, señaló Harispe. “En política noso­tros nos definimos militantes, dirigentes, pero Pepín se define como operador judicial”, agregó.

Por último, remarcó: “Uruguayos, paraguayos y brasileños de distintos partidos y tendencias políticas firmaron la inadmisibilidad de tener en el recinto a un prófugo político de la Justicia que hizo uso y abuso del lawfare”.

Rodríguez Simón se escapó a Uruguay hace un año y cuatro meses, tras quedar imputado en una causa donde se le atribuyen amenazas y extorsiones a los ­accionistas del Grupo Indalo, que muestra cómo funcionaba la mesa ­judicial macrista. A la jueza María Servini le presentó pasajes dando cuenta de su supuesto regreso, pero se quedó en el país vecino y allí pidió refugio ante el llamado a indagatoria de la magistrada. Alegó ser un “perseguido político”. La Comisión de Refugiados (CARU) uruguaya rechazó el pedido de asilo, pero la última palabra la tiene la Justicia de Uruguay, que aún no resolvió si lo reconocerá como refugiado pese al rechazo del organismo especializado, ni qué hará con el pedido de extradición. “Pepín” tiene pedido de captura internacional, también de extradición y prohibición de salir de ­Uruguay.

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