Ruptura en el Movimiento Evita en medio de una disputa por el peronismo
Máximo Kirchner estaría trabajando en la conformación de un frente territorial en la Provincia, para disputarle el poder al gobernador Axel Kicillof.
Emilio Pérsico, líder del Movimiento Evita, junto a la intendenta de Moreno, Mariel Fernández, el exdiputado Leonardo Grosso y Máximo Kirchner, estarían trabajando en la conformación de un frente territorial en la Provincia de Buenos Aires para disputar internamente el poder que hoy acapara el gobernador Axel Kicillof.
Por otro lado se encuentra Gildo Onorato, otro referente importante del Movimiento Evita, quien respalda firmemente a Kicillof y se encuentra en desacuerdo de estas decisiones. En esta interna territorial, el funcionario bonaerense intenta frenar las aspiraciones de Pérsico, quien busca controlar La Matanza, un bastión actualmente bajo el liderazgo de Fernando Espinoza, aliado cercano del gobernador.
Esta disputa también refleja una interna más amplia dentro del peronismo entre los sectores que apoyan a Kicillof como principal referente para 2027 y aquellos alineados con La Cámpora, que continúan defendiendo el liderazgo vertical de Cristina Fernández de Kirchner. Una división que evidencia la debilidad y confusión actual del justicialismo, que enfrenta desafíos tanto a nivel provincial como nacional, en un contexto electoral incierto.
El conflicto se concentra en La Matanza, donde Patricia Cubría, pareja de Pérsico, busca posicionarse como candidata local, en oposición a la fórmula respaldada por Kicillof, que incluye a Verónica Magario y Fernando Espinoza.
A pesar de los esfuerzos por mantener la unidad, la posible aparición de este nuevo bloque liderado por Máximo Kirchner podría fragmentar el peronismo bonaerense. La estrategia de Kirchner, que busca ser una alternativa en la disputa interna, anticipa una lucha por el dominio en la Provincia, y pone de manifiesto la creciente disidencia dentro del movimiento.
Esta jugada que busca fortalecer un bloque opositor dentro del peronismo surge en un momento poco conveniente, ya que la unidad del Movimiento Peronista debería ser más esencial que nunca ante la creciente presión desde el Gobierno de Javier Milei. Esta disputa interna podría ser muy perjudicial para Axel Kicillof, en un contexto donde la Nación está realizando un feroz ajuste en la Provincia y el trabajo en conjunto es vital para hacerle frente a la crisis.