San Andrés de Giles: renunciaron las concejalas vacunadas
Las funcionarias que se inocularon junto a otras 20 personas que no son parte del personal de salud renunciaron. “De ningún modo se trató de abuso de poder”, dijo Laura Branchini.
Tras la polémica desatada en San Andrés de Giles por la vacunación de unas 20 personas que no integran el personal de salud, las dos concejalas que se habían aplicado la vacuna presentaron su renuncia.
La presidenta del Concejo Deliberante, Laura Branchini, y la edil Mariana Cané, ambas del Frente de Todos, fueron acusadas por la oposición de obtener “un beneficio que no les correspondía en detrimento de la sociedad”, por lo que en la mañana de ayer la Oficina de Prensa del Honorable Concejo Deliberante difundió dos comunicados en los que explican los motivos de su salida.
“Como ya expresé a mis compañeros de bloque, fui llamada porque una persona no respondía el llamado del vacunatorio. Me encontraba trabajando en la calle, como lo hago a diario, haciendo lo que sé hacer, y lo que seguiré haciendo, porque siempre entendí que mi función era mucho más que estar presente en el Honorable Concejo Deliberante”, explicó Branchini.
Además, la edil se refirió al uso político que le dio la oposición: “Lamento que algunas mujeres y hombres de la política local hayan aprovechado esta situación sin medir consecuencias personales ni humanas, difundiendo en medios nacionales una historia que no fue tal. Antes de escuchar mi versión en el ámbito que compartimos ya existían comunicados repudiando una acción que desconocían”, y continuó: “Aquellos que aún no me conocen quizás duden de la transparencia y legalidad de mi vacunación; a todos ellos quiero pedirles disculpas, no pensé el daño que podía ocasionar, y ese fue mi error. Confié en el criterio de las y los profesionales, y lo seguiré haciendo, pues son ellos los que a diario ponen el cuerpo”.
“Dar un paso al costado es la mejor manera de despejar toda duda con respecto a la campaña de vacunación que se aproxima”, dijo Branchini, y concluyó: “De ningún modo se trató de un acto de abuso de poder y no obré, bajo ninguna circunstancia, de mala fe”.