Objetan el criterio de partición de la ciudad para licitar el nuevo servicio de gestión de residuos

Durante la reunión de la comisión de Medio Ambiente de ayer, concejales volvieron a poner bajo la lupa la división de las dos zonas planteada por el Ejecutivo. Denuncian que no es equitativa, que abre la posibilidad a dos pliegos distintos y que podría generar un servicio dispar para cada área

La comisión de Medio Ambiente del Concejo Deliberante, que debate el pliego licitatorio del nuevo servicio de recolección y gestión de residuos, se volvió a reunir ayer con la presencia del secretario de Planeamiento Urbano municipal, Gabriel Rouillet.

Luego de que el funcionario detallara los principales lineamientos del pliego en discusión, basado en la separación de residuos desde origen y el reciclaje, se planteó nuevamente una objeción que algunos concejales ya habían mencionado la semana pasada, durante la visita del Secretario de Espacios Públicos, Marcelo “Chuby” Leguizamón: el criterio utilizado para delimitar las dos áreas en que se divide la ciudad.

Hay ediles que sostienen que la sectorización planteada por el Ejecutivo con el fin de abrir la posibilidad a que dos empresas se repartan la prestación del servicio es inequitativa, ya que resulta en una zona con mayor densidad poblacional y menor extensión territorial y otra con menos población pero más kilómetros por abarcar.

Según argumentan, esto genera desi­gualdad en las características de la prestación del servicio para cada área y, en consecuencia, en las exigencias para las firmas que se presenten a la compulsa de precios por cada sector.

Además, consideran que el pliego especifica la obligación de contenerizar la zona más densamente poblada pero no lo hace con la otra, abriendo la posibilidad a que nunca se concrete y diferenciando en otro punto los requisitos para la firma que opere en cada zona.

“Una empresa tiene que recorrer mucha más extensión que otra”, manifestó el presidente de la comisión, Gastón Crespo (Gen), quien detalló que “entre los dos sectores, hay uno que requiere mayor gasto, más inversión y que, a su vez, genera mayor rentabilidad”.

La respuesta de Rouillet fue la misma que la de Leguizamón en la reunión anterior. El funcionario municipal dijo que el criterio utilizado para delimitar cada área fue la cantidad de cuadras y la densidad poblacional. Todos repasaron que un sector comprende 9.000 cuadras y otro 11.000.

Crespo retrucó: “Sabemos que en cantidad de cuadras son similares pero teniendo en cuenta lo que pasó en los últimos quince años, que la ciudad creció y no lo hizo la recolección de residuos, no es menor que haya una zona que tiene casi el doble de extensión territorial”.

Según el edil, “si a esto se suman las altas probabilidades de que la ciudad crezca hacia la zona sur y oeste, que es hacia donde se viene extendiendo, y no en el Casco Urbano, es importante saber si el pliego prevé este aumento de población para un contrato de diez años”.

Sobre los contenedores 

Crespo pidió, además, equilibrar la obligación de contenerizar. “En el pliego no queda claro que se cubrirá el ciento por ciento de la ciudad”, dijo.

En ese sentido, la radical en Cambiemos Florencia Rollié insistió con que no queda claro cuántas cuadras contenerizadas fuera del Casco Urbano debe haber al fin de la primera etapa de instalación prevista en el proyecto de convenio.

Crespo pidió, entonces, que se estipule la instalación de contenedores, aunque sea, en los cascos de los barrios. Rouillet concluyó que “pueden ponerse en la mesa de discusión otros criterios para que quede una división que nos deje tranquilos a todos”.

El Municipio propondrá una nueva reforma del Código de Ordenamiento Urbano

“Si mantenemos la tendencia de crecimiento de los últimos quince años se desmadra todo”, admitió el secretario de Pla­neamiento Urbano, Gabriel Rouillet, ante la comisión de Medio Ambiente del Concejo Deliberante, al ser interpelado por la proyección de crecimiento demográfico en la ciudad.

El funcionario intentaba dar una respuesta a las demandas de los ediles explicando que durante los últimos años “crecimos extensivamente y bajando la densidad” y que “debiera suceder un proceso de mayor crecimiento completando estos barrios”.

La concejal Lorena Riesgo (FpV-PJ) irrumpió: “¿Cómo lo piensan ordenar al crecimiento si ustedes mismos dicen que es caótico?”, a lo que Rouillet detalló que desde el Municipio no están “habilitando el crecimiento en una zona urbana y sí incentivando en otras zonas”.

Las argumentaciones no convencían demasiado, por lo que el funcionario tuvo que jugar una carta que seguramente no tenía pensado sacar y anunció que en la Municipalidad “hay un proyecto para discutir un nuevo Código de Ordenamiento Urbano con rezonificaciones el año próximo”.

Consultado al respecto, el titular de la comisión, Gastón Crespo (GEN), sostuvo que “es importante discutirla pero hay que debatir primero un plan urbano ambiental, que es mucho más abarcativo”.

Según el edil, “en paralelo debe hablarse de un código contravencional o ambiental donde se castigue a la empresa y los funcionarios públicos que incumplen con el cuidado del medioambiente”. 

Como corolario, en la reunión se acordó la necesidad de aprobar la prohibición de la tracción a sangre.

Claro que este paquete de medidas queda en la agenda de 2018.

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