Trabajo argentino: industria, en caída libre

A pesar de que las cifras oficiales dadas a conocer recientemente hablan de una suba sustancial del empleo en el país, en el sector industrial se han perdido más de 65.000 puestos laborales desde diciembre de 2015. Además, cada diez nuevos empleos, solo dos son del sector privado 

En la última semana, el Gobierno nacional, a través del Ministerio de Trabajo, dio a conocer datos oficiales que muestran una suba sustancial del empleo en el país, afirmando que en junio se registraron 31.300 ocupados formales más en relación con mayo. Sin embargo, solo 2.700 de esos puestos laborales fueron creados por privados en relación de dependencia, situación que evidencia la grave crisis que atraviesa la industria en la Argentina.

Si se toma en cuenta el período comprendido entre la llegada de Mauricio Macri al poder, en diciembre de 2015, y la actualidad, se observa que solo dos de cada diez nuevos empleos que se han generado en nuestro país han sido concebidos en el sector privado, repartiéndose el resto entre el trabajo público, monotributistas y monotributistas sociales.

De acuerdo a especialistas consultados por diario Hoy, esta situación marca la grave crisis que atraviesa el sector industrial, que no ha podido converger hacia su interior los famosos “brotes verdes” ideados desde las autoridades nacionales. A esto se le suma que el Estado en sus tres niveles (nacional, provincial y municipal) y los cuentapropistas son los sectores con estabilidad y condiciones laborales más precarias y con los salarios más bajos del mercado, lo que ocasiona más dudas que certezas de cara al futuro.

Retracción total

Informes suministrados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) indican que 3.500.000 de ciudadanos sufren problemas de empleo en el país y el 12% 

de las familias argentinas padecen inconvenientes laborales, mientras que en los últimos 21 meses los trabajadores han padecido una merma del 10% en su salario real, perdiendo ampliamente la batalla contra la inflación. 

Desde que llegó al poder Cambiemos se estima que ha aumentado en un 40% la precarización laboral, lo que ha llevado a que en el sector industrial se hayan perdido más de 65.000 empleos, siendo el sector que más sufrió esta retracción el de la industria manufacturera, que vio relegada su planta laboral en más de 55.000 personas, con casi 3.000 despidos mensuales.

Los expertos remarcan que un dato clave para entender este fenómeno es la política de apertura de importaciones impuesta por el gobierno de Macri. Muchas fábricas y empresas han sentido el impacto de la caída en las ventas y el aumento de los costos, y tomaron la decisión de despedir trabajadores, ocasionando un grave problema social con consecuencias impredecibles. La situación impacta con mayor fiereza en las pymes, las cuales otorgan el 80% del empleo registrado en la Argentina. Por cada fábrica que cierra se pierden decenas de puestos de trabajo .

Cambios encubiertos

Tomando como base los datos de la cartera laboral que conduce Jorge Triaca, se han inscripto alrededor de 75.000 monotributistas generales y cerca de 40.000 monotributistas so­ciales. De este modo, se observa que de los casi 200.000 nuevos empleos que, según el Gobierno nacional, se han creado en la Argentina, el 55% corresponde a cuentapropistas.

De este modo, en suelo nacional ha crecido exponencialmente el cuentapropismo. 

Un 24% de la población trabaja de manera independiente, mientras que en los países del primer mundo, el promedio es del 8%. Es decir, en la Argentina los monotributistas son tres veces más que en las naciones desarrolladas.

Esta transformación en la dinámica de empleo genera un cambio en la forma de contratación de las empresas. Por ejemplo, muchas firmas optan por contratos de servicios tercerizados, a fin de “diluir” la relación formal y “maquillar” una relación laboral entre las partes solo en apariencia. Este esquema de relación laboral encubierta, si bien no es nuevo, ha mostrado un notorio crecimiento en los últimos meses.

Hay que agregar, además, que el 25% de los puestos de trabajo generados provienen del sector público, todos ellos originados por el motor de la obra pública, principalmente en el ramo de la construcción. Esto ha llevado a que las autoridades nacionales puedan exhibir números positivos de cara a las elecciones legislativas del mes de octubre.

Como puede observarse, a pesar de la prédica oficial que se jacta de reducir y achicar el Estado, el número de empleados públicos ha crecido durante el gobierno de Cambiemos. Mientras tanto, las medidas para propiciar el trabajo privado y registrado, por el momento, parecen no tener injerencia en el mercado laboral, siendo los mayores perjudicados los trabajadores y los sectores de menores recursos.

El espejo de Brasil

Para tratar de salir de la crisis en la que se encuentra inmerso, el Gobierno de Mauricio Macri parece haber tomado como espejo el accionar que viene ejecutando Michel Temer en Brasil, de allí que se hable mucho en la Argentina sobre la posibilidad de una reforma laboral para “incrementar” los puestos de trabajo en suelo nacional.

A pesar de que las autoridades han salido a negar cualquier chance de llevar adelante una reforma al estilo brasilero, por los pasillos de los ministerios de Hacienda y de Trabajo circulan ya pequeños borradores de proyectos laborales que incluyen pérdida de derechos por parte de los trabajadores y alicientes para los empresarios a través de quita de impuestos y gravámenes, para así “fomentar” la industria nacional, lo que ha acarreado las críticas opositoras y de los sectores sindicales.

Números de esta realidad 

10% de salario real perdieron los trabajadores en los últimos 21 meses

3.500.000 argentinos tienen problemas de empleo en el país

40% ha aumentado la precarización laboral desde la asunción de Cambiemos 

12% de las familias argentinas sufren inconvenientes laborales

25% de los trabajos provienen del sector público

55% de los puestos laborales son monotributistas

5,9% crecieron los inscriptos en el monotributo en la era Macri

Palabras autorizadas

“La tasa de desempleo aumentó significativamente”

Nicolás Zeolla, Economista e investigador del Conicet

“Hay cierta reversión de la tendencia de destrucción de puestos de trabajo en las últimas semanas, aunque esto no sirve para alcanzar los niveles que se habían alcanzado en noviembre de 2015. Si bien en la comparación interanual parecería que en algunos sectores se está creando empleo de manera neta, cuando uno hace la comparación desde el inicio del gobierno de Mauricio Macri hasta la actualidad, y a eso le sumamos la fuerza de trabajo que se está incorporando al mercado laboral, el resultado final es que hay menor cantidad de empleo en el país. 

Esto se va a ver reflejado en las estadísticas que mide el Indec, que aún no han sido publicadas, en torno a la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), que es la forma correcta en la cual se mide el desempleo no solo en la Argentina, sino en otras partes del mundo. Por eso es que ahora hay un tire y afloje, porque todavía no tenemos estas estadísticas, pero cuando las conozcamos vamos a ver que la tasa de desempleo aumentó significativamente.

Por eso mismo, en el mercado laboral en nuestro país aparece, por un lado, la creación de trabajo, que tiene que ver con los datos de empleo registrado que da el Ministerio de Trabajo de la Nación, más allá de los efectos de los monotributistas que solamente para los economistas cercanos al Gobierno tiene algo positivo, cuando en realidad es una cosa meramente estadística.

Lo que se tiene que hacer es poner en la balanza todo: la gente que se incorpora al mercado de trabajo y el efecto neto desde el cambio de gobierno hasta la actualidad. Eso da que hubo no solo una pérdida de trabajo neta desde fines de 2015 hasta la actualidad, sino que cuando se le suma la cantidad de gente que se incorpora se ve que la tasa de desempleo aumentó significativamente”.

“No se puede generar trabajo en un contexto de crisis”

Estanislao Malic, Economista. Prof. en la Universidad de Palermo

“El Gobierno toma como positivo el incremento de los monotributistas porque es lo único que tiene de donde agarrarse. Busca las políticas que le cuadran y presenta eso en un marco de deterioro del mercado de trabajo, de deterioro social y de bajo crecimiento económico. Lo que se contempla como trabajo al monotributismo no es otra cosa que decir: La persona que antes tenía un empleo ahora deja de tenerlo y tiene que rebuscársela. Claramente es un signo de deterioro del mercado de trabajo, de ninguna forma es algo positivo.

No se puede generar trabajo en un contexto de crisis, con disminución de la demanda agregada, del consumo, de las ventas en los centros comerciales y en supermercados. Lo único que está traccionando la economía es el sector público con la construcción. 

El sector privado se cayó a pedazos y no puede contratar gente. Sobre todo las pymes, porque no solamente hubo desaceleración del consumo en la actividad, sino que hubo apertura de importaciones. Las pymes no son las que más valor agregado generan, pero sí son las que mayor empleo dan. Entonces, cuando abrís la economía le pegás derecho a estas empresas. Es más, el sector más golpeado es el textil, a tal punto que no está a los niveles de 2016”.

“Es necesario ajustar para que la Argentina pueda crecer”

Federico González Rouco, Analista económico. Fundación Libertad y Progreso

“El aumento en los monotributos no se debe a una creación de empleo por parte del Gobierno, sino a la ampliación de la Asignación Universal por Hijo (AUH) que fue ampliada a los hijos de monotributistas. No es que se crearon más puestos, sino que muchas personas optaron por inscribirse. 

Obviamente sí hay un tema de empleo privado, que este año se ha ido reactivando, pero muy lentamente. En los primeros meses del año pasado hubo mucha caída, y en un proceso de caída del trabajo los empleos de peor calidad, entendiendo al monotributo, son más baratos y lógicamente más fáciles de destruir. Es difícil pensar en el sector público y una posible reactivación. 

Se viene la traba estacional: en el verano el trabajo cae muchísimo, porque cae el empleo relacionado con la educación. Pero aún así, sacando esto, de acá a fin de año el empleo va a caer porque las paritarias no fueron buenas e incluso, en los últimos años, fueron mejores que en el sector privado y esto se nota. Además, también ronda una idea de reordenar ciertas estructuras del sector público que es necesario ajustar para que la Argentina pueda crecer a ritmo sostenido en el tiempo”.

Un camino de actividad cargado de contrariedades y percances

A través de cifras que muestran una recuperación creciente en el nivel de empleo en la Argentina, el Gobierno nacional ha salido a refutar los informes de diversas consultoras que indican un estancamiento en la creación formal de trabajo.

Estas declaraciones del Ejecutivo, principalmente del ministro de Hacienda Nicolás Dujovne, son rechazadas por los analistas, que afirman que la comparación se realiza contra el peor momento de la crisis de 2016 y, por el otro, que en el mediano plazo la evolución del empleo registrado apenas acompaña el crecimiento vegetativo de la población.

Los sectores industriales que más perdieron empleo asalariado formal son los ligados al consumo masivo, como alimentos, textiles y calzado, por la presencia de la importación y las restricciones en la propia demanda interna.

De acuerdo a los especialistas, el principal impulso a la creación de empleo en el sector privado ha estado en manos de un sector y empresas directamente ligadas a decisiones del Estado, tanto a través de la obra pública como del fomento al mercado inmobiliario.

Dentro de los asalariados registrados del sector privado, el crecimiento del empleo a partir de julio de 2016 fue liderado casi exclusivamente por la industria de la construcción (creció un 8,2% contra un promedio de apenas el 0,8%), dando cuenta de una realidad complicada en materia laboral en nuestro país.

A diferencia del sector de la construcción, la evolución del empleo en la industria manufacturera no ha mostrado crecimiento alguno durante los últimos meses. Por el contrario, en este sector se ha profundizado un retroceso que ha llevado a que el último registro correspondiente al mes de agosto de 2017 sea el mínimo desde agosto de 2010. 

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