Una protesta en Vaca Muerta pone en riesgo el abastecimiento de gas

Se trata de un reclamo de una comunidad mapuche, quienes bloquearon la entrada y salida al yacimiento Loma La Lata.

En los últimos días, miembros de la comunidad mapuche Painemil interrumpieron el acceso a un súper bloque de hidrocarburnos no convencionales en Vaca Muerta, impiden la entrada y salida de trabajadores petroleros de la formación y, si no levantan el piquete, peligra el abastecimiento de gas natural al Área Metropolitana de Buenos Aires en pleno invierno.

Según trascendió, la protesta se inició el lunes 25 de junio, en el acceso a Loma La Lata, uno de los principales hub de gas de Vaca Muerta, con una afectación directa en la producción de las principales operadoras como YPF.

Loma La Lata produce más de 3 millones de metros cúbicos de gas diarios, pero, si el corte de ruta se mantienen, se teme que afecten el abastecimiento en Buenos Aires y otros puntos de la red de consumo de gas, en medio de una situación de alta demanda y crisis climática con bajas temperaturas.

Aunque el área hidrocarburífera quedó con una guardia mínima, las operaciones no están funcionando a plena capacidad, lo que resultó en una significativa reducción de la producción de gas. De hecho, varias plantas en el yacimiento de gas convencional más grande de Neuquén están actualmente paralizadas.

Lo insólito del reclamo es que la comunidad reclama por la falta de provisión de gas en viviendas de los Painemil, que se abastecen a través de un camión de Gas Licuado de Petróleo (GLP) que quedó varado en el mismo piquete que ellos organizaron, sin posibilidad de llegar para descargar el producto y poner fin al conflicto. Pero lo más grave de la protesta fue que, además del camión de GLP y su chofer, quedaron varados en Vaca Muerta por el piquete en el acceso al yacimiento unos 300 petroleros durante casi 24 horas.

“En el caso de mi marido, ingresó en el turno de las 6 de la madrugada y, cuando fueron a salir, para volver a Añelo, se encontraron con que les habían cortado. En ese momento eran como las dos de la tarde”, contó la esposa de unos trabajadores.

“Mi marido no tenía para comer porque ellos van por algunas horas y vuelven, pero no están preparados para todo el día, así que no tienen para comer ni él ni los que están con él y se quedaron sin agua”, alertó.

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