Asalto a una pareja de jubilados: “Fue un susto, podría haber sido peor”

Ocurrió cerca de Plaza Rocha. A plena luz del día, cuatro delincuentes entraron a una casa y ataron a un matrimonio mayor, para luego robarle dinero y objetos menores

Cuando escucharon el ruido de la puerta de entrada que se abría, una pareja de jubilados que vive en 4, entre 64 y 65 sintió que la jornada del miércoles se empezaba a alterar. Todo sucedió rápidamente. Eran las cuatro de la tarde y Cristina, de 68 años, vio que cuatro desconocidos habían entrado a su  casa como si fueran parientes. “A mi esposo lo ataron en el suelo, y a mí me aferraron a una silla. Nos trataron bien y preguntaron por el  dinero. Les dijimos dónde estaba, no se conformaron y siguieron revisando todas las habitaciones. Pero jamás se violentaron”, dijo la víctima a este medio, que había adelantado este ilícito en su edición anterior.

El hecho, según explicaron los investigadores a la pareja, habría sucedido “al voleo”, tratándose de un típico robo de ocasión. “Es posible que nos hayamos olvidado poner llave a la puerta y estos hombres pasaron por la vereda y manotearon el picaporte. A veces uno se confía y no traba las puertas. Imaginamos que entraron de esa manera”, agregó Cristina. Una vez que se hicieron del efectivo, los maleantes se distribuyeron por los espacios domésticos. Revisaron el living, las piezas, y uno se quedó vigilando la puerta.

“No estaban nerviosos, pero cuando empezó a sonar el teléfono de la casa, se miraron y al poco tiempo se fueron. Y siguió sonando, porque seguramente era algún conocido que se alarmó porque no atendíamos. Había un hombre que estaba afuera, de campana, porque se escuchaba el timbre despacito, como si estuviera avisando de un movimiento”, relató la víctima, y dijo que los asaltantes se llevaron dinero que tenían ahorrado, dos teléfonos celulares y “algunos objetos menores”.

 Su marido, de nombre Héctor y un año menor que ella, se desató rápidamente cuando los malvivientes huyeron. “Escuchamos que salieron con calma. Nos habían sujetado débilmente, porque nos desatamos enseguida. Fue un susto, podría haber sido peor, por suerte que nos tocó gente tranquila, que entendía cómo manejarse”, concluyó la víctima, y agregó que en la zona volvieron los ilícitos en los últimos meses. “El otro día entraron en lo de un vecino. Estas son calles peligrosas por la zona roja, pero, dentro de todo, es un barrio tranquilo y apacible”, añadió.

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