Ataque a las bailarinas: una infancia repleta de golpes y el abuso sexual de un pai umbanda

El árbitro que acuchilló a dos mujeres en una escuela de danzas sufrió de niño severas palizas de parte de su madre. Padece alucinaciones auditivas y visuales de las que se “defiende rezando y bailando”.

Walter Villarreal, el padre de Sebastián, joven árbitro de Berisso que el martes acuchilló a dos mujeres en una escuela de danzas del barrio porteño de Belgrano, dijo que su hijo, al igual que su hermano, “tuvieron una muy mala vida en la niñez”. Señaló a su exmujer y madre de los gemelos como la responsable, ya que “les pegaba con objetos contundentes” en la cabeza.

El hombre, en declaraciones al canal C5N, aseguró estar “muy sorprendido y consternado. Encontrarnos con esta situación nos descontroló porque nos va a cambiar la vida”.

A su vez, detalló que la progenitora del ahora imputado está internada desde hace 15 años en una institución neuropsiquiátrica y que cuando él obtuvo la custodia de ambos, cuando tenían 10, los llevó al Hospital de Niños para que fueran revisados. “Los médicos me decían que les estaba haciendo perder el tiempo”, reprochó, ya que los resultados no indicaban la presencia de ninguna secuela.

Walter, quien reside en Neuquén y llegó a Buenos Aires ante el desenlace de la sangrienta historia, relató que en su momento se quiso llevar a su hijos a dicha provincia, pero ellos se negaron “porque estaban estudiando el secundario en La Plata y tenían su vida ahí”, por lo que se quedaron viviendo en la casa de la abuela paterna.

Por último, aseveró que nunca pensó que su hijo podía tener “una patología de ese tipo” y les pidió “disculpas” tanto a las víctimas (Julieta Antón –26– y Sofía Bovino –36–) como a sus familias.

Estudios más profundos

En cuanto al agresor, de 30 años, con el fin de poder definir si es inimputable el fiscal ordenó un peritaje psiquiátrico y psicológico más amplio al diagnosticado el miércoles, que recomendó su internación. Así, será evaluado en profundidad por la Dirección de Medicina Forense (DMF).

Ayer fue trasladado del hospital Tornú donde permanece internado y con custodia (recibió un tiro en el glúteo durante el ataque a las bailarinas) hasta la sede del DMF, para ser entrevistado por peritos.

Un primer informe determinó que presentaba “alucinaciones auditivas y visuales” focalizadas en un “pai umbanda con el cual habría una causa de abuso sexual”, de las cuales “se defiende rezando, respirando y bailando”, y que tenía “trastorno psicótico crónico y retardo mental”. En cuanto a la presunta violación, la misma se la confesó a su hermano.

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