Buscan a los ladrones que engañaron a una joven en City Bell y se metieron en su casa

Le hicieron creer que su madre estaba descompuesta, ingresaron a la vivienda, la agarraron del cuello y escaparon con objetos de valor. Fue primicia de diario Hoy.

Se conocieron detalles de la entradera que sufrió una joven de 20 años en City Bell, luego de haber sido engañada por un delincuente que le hizo creer que su madre se había descompensado en la vía pública y necesitaba un vaso de agua.

Sin sospechar nada, la víctima salió a la calle y el sujeto aprovechó para meterse dentro de la casa junto con un cómplice.
El hecho, que fue primicia de diario Hoy, tuvo lugar durante la mañana en una vivienda de las calles 447 entre 24 y 26, cuando la dueña se había ausentado. La mujer es docente y en el momento del robo estaba en una de las escuelas en las que trabaja, preparando las bolsas de alimentos que arman para las familias.

A la hora de despedirse, dejó el portón abierto sin llave y sin candado. A los pocos minutos, la chica se levantó y escuchó ruidos extraños. Al asomarse a la ventana, vio a una persona que le dijo que su madre estaba descompuesta en la esquina y que necesitaba un vaso de agua.

Sin creer que se trataba de un asalto, la joven lo preparó, y en ese instante, el delincuente se escondió. Cuando la víctima iba a salir, el sujeto la agarró del cuello y la metió a la fuerza dentro de la propiedad. Luego apareció un cómplice que estaba esperando afuera, arriba de un Volkswagen Gol Trend negro, patente IFP 099.

Fueron cuatro minutos que duró el episodio, tiempo suficiente para que los malvivientes la encerraran en el baño y se llevaran dos televisores y otros objetos de valor. En ese rato, la chica se comunicó por teléfono con su madre para informarle lo que estaba sucediendo.

La familia cree que los delincuentes estuvieron haciendo tareas de vigilancia para poder ingresar a la casa sin llamar demasiado la atención de la joven, que quedó en estado de shock. El único consuelo que encontraron es saber que no se llevaron las computadoras que la mujer utiliza para dar clases.

Por la descripción de la víctima, eran dos hombres menores de 40 años, ambos de estatura baja. El que entró era bajito, tez blanca, cabello castaño y ojos claros. Tenía puesto un barbijo blanco y un buzo negro con estampado de flores blancas.

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