Corridas, pedidos, un muro derrumbado por los bomberos y la calle 90

Asi quedó el lugar tras el incendio en 11 y 90.

Como saldo de otro incendio de grandes proporciones que se registró ayer al mediodía en la región, un grupo de vecinos, de la parte de atrás del barrio Monasterio, en el límite con Aeropuerto, reclamó ayer frente a la puerta de un corralón de 11 y 90 por la falta de mantenimiento de un terreno lindero que llega hasta 12 y 89.

De acuerdo a lo expresado por Victoria, una de las vecinas que viven sobre la calle 90 a la altura de 12, el baldío le pertenece al comercio que vende materiales de la construcción y que tiene entrada por la esquina de 11, pero desde hace varios años se le viene reclamando al dueño que corten los árboles o el pasto.

Ante la falta de respuestas y habiendo transcurrido gran parte del verano, los pastos crecieron de tal forma que el lugar se convirtió en una especie de “escondite” para delincuentes y personas que están en situación de calle. “Vienen a tomar cerveza y fumar durante la noche. Siempre hay alguno que se olvida que los pastos están secos y con la colilla de un cigarrillo termina desatando un incendio bárbaro”, expresaron otros vecinos en el lugar.

A todo esto, con la premisa de intentar apagar el incendio, los bomberos tuvieron que pasar el autobomba por el frente de la calle 90, en donde había un mural que separaba la vereda de tierra del interior del terreno.

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