Crimen en Los Hornos: ante la falta de acción policial, los que actúan son los civiles

Las víctimas del robo en donde murió un ladrón ya venían sufriendo ilícitos en su casa, y al parecer por los mismos delincuentes. Impiden que el cuerpo sea cremado o trasladado a otra provincia.

"La semana pasada entraron a robar y eran los mismos”. La frase pertenece al abuelo y padre de los dos hombres que asesinaron ayer a la madrugada a un ladrón en Los Hornos en el marco de un ilícito, y dejó claro lo que la sociedad platense manifiesta a diario: el hartazgo por la inseguridad. Ante la inacción policial o judicial, ya que cuando los agentes de la fuerza atrapan a alguien, la Justicia lo suelta horas después, son los civiles los que tienen que hacerse cargo de los hampones. Y con la muerte de Sergio Hernán Maldonado (26) quedó claro, y demostrado.

El caco fue sorprendido cerca de las 5 por los dueños de un campo de 90 y 154, cuando se preparaba junto a un cómplice para llevarse una garrafa de diez kilos y una bicicleta. Los propietarios “se despertaron alrededor de las 5 y vieron al lado de la ventana a dos que sacaban cosas. Agarraron las escopetas y salieron para echarlos”, contó el citado familiar de los imputados, padre e hijo de 56 y 30 años.

Los hombres dispararon “al ver que algo se movía en la oscuridad, cerca de la casa” y un proyectil impactó debajo del hombro derecho de Maldonado y le atravesó el omóplato. Malherido, corrió y se desplomó 250 metros después. Tenía, a su vez, dos heridas cortantes en la cabeza.

Una mujer que pasó por el lugar lo vio tirado y le dio aviso al personal de Gendarmería, que hace guardia en las inmediaciones por una toma de tierras que pertenece a Nación. Mientras llamaban al 911, intentaron reanimarlo con maniobras de RCP, sin éxito. Cuando llegaron los médicos en una ambulancia, solo pudieron constatar el deceso del infortunado.

La fiscal, en llamativo silencio

El mismo había estado preso hasta junio en Florencio Varela al perpetrar un asalto en mayo, también en Los Hornos, donde vivía -lo hacía en 155 entre 75 y 76-. Su causa fue tramitada en la UFI 11 pero, sin embargo, ya estaba libre y delinquiendo. Su mujer, con quien mantuvo una discusión el domingo a las 2 que hizo que él se fuera del hogar, admitió que el joven “se dedicaba a robar”.

Los hombres que le dispararon se presentaron el domingo al mediodía en la comisaría Tercera, y entregaron las armas que usaron: una escopeta calibre 28 y una carabina .22.

Pese al final sangriento de la historia, ninguno fue detenido y la UFI en turno analiza lo sucedido bajo dos posibles carátulas: “homicidio en legítima defensa” u “homicidio culposo”.

De acuerdo a lo que Trama Urbana pudo averiguar, pese a la llamativa falta de respuestas de la fiscal actuante Cecilia Corfield, “en caso de ser necesario se autoriza la amputación de manos del cadáver durante la autopsia para la eventual realización de pericias necropapiloscópica. Se deja constancia a su vez de la prohibición de cremación del cuerpo como así también la prohibición de su traslado fuera del territorio de la Provincia de Buenos Aires”.

 

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