Lo asaltaron en la calle y lo obligaron a regresar a la casa para robarle

Un vecino de Los Talas sufrió un dramático episodio de inseguridad cuando cuatro ladrones, armados y en dos motos, le hicieron vivir un momento de verdadero terror.

Los robos en la región, en absolutamente todos sus puntos cardinales, no solo no se detienen, sino que suman víctimas a diario, sin que las autoridades policiales puedan ponerle un freno a la imparable inseguridad que se vive. En las últimas horas, una familia vivió una verdadera pesadilla en su casa de Berisso, donde un grupo de delincuentes hizo de las suyas y después escapó con dinero y otros elementos de valor, de acuerdo a lo aportado ayer por voceros oficiales vinculados a la causa.

Siempre en base a lo aportado por los portavoces, todo se inició la noche del sábado en la zona de las calles 166 y 723 del barrio de Los Talas. La propia víctima denunció que se hallaba con su vehículo, yendo para 725, rumbo a su trabajo, cuando fue abordado por cuatro hampones a bordo de dos motos que le cerraron el paso y le impidieron continuar la marcha.

Pudo haberse tratado de un suceso callejero más, como ocurre a diario en la ciudad, pero los implicados decidieron ir más allá. Con armas de fuego, apuntaron y amenazaron al damnificado, se le subieron al auto y lo obligaron a regresar a su domicilio.

Prófugos

“Vinimos acá (por su casa), entramos, pidieron plata y me ataron de manos y pies, boca abajo”, se lamentó el hombre que sufrió el violento episodio. En cuanto a cómo fue abordado, llegó a decir que creyó que los cacos habían sufrido un percance con los ciclomotores. “Pensé que se estaban cayendo por el barro, pero frené y se bajaron con los revólveres”.

Una vez en su hogar, los malvivientes lo revisaron de punta a punta, a la vez que le pedían a la víctima que les entregara todo. “Me pedían oro, la caja fuerte y terminaron yéndose con la copia de la llave del auto. Si ven algo tirado por la zona, no duden en avisarme”, pidió.

Una vez que reunieron los elementos que consideraron de valor, los malhechores se dieron a la fuga con rumbo incierto, y hasta el cierre de la presente edición permanecían en la clandestinidad, sin que nada se supiera de ellos. El damnificado, por último, alertó a los vecinos del área y pidió que “estén alertas, no es la primera vez que pasa esto, pero sí de esta manera”.

Para intentar localizar a los integrantes de la peligrosa asociación delictiva, los agentes intervinientes se entrevistan con los frentistas de la zona y también analizarán diferentes cámaras de seguridad, tanto públicas como privadas, para ver si en alguna de ellas quedó registrado el accionar delictivo.

Noticias Relacionadas