Robo armado en una dietética del centro platense

Encañonaron a la empleada de una dietética y le sacaron todo. Investigan si son los mismos que también robaron en un supermercado de la cuadra. Los buscan.

En el centro, en la periferia, en los barrios, delante de la Policía, a metros de comisarías… Los robos en la peligrosa, insegura y caótica ciudad de La Plata no discriminan zonas geográficas y se incrementan a diario, sin que las autoridades de la fuerza, llamativamente, hagan algo para paliarla y entregarle al menos un poco de tranquilidad a la cada vez más descontenta población.

Trama Urbana cuenta en todas sus ediciones el flagelo que azota a todos los platenses y los recurrentes cambios en la cúpula de la Departamental, sin que en realidad nada cambie. En las últimas horas, se registró un nuevo episodio delictivo, protagonizado en el centro por cuatro hampones dispuestos a todo. Tras amenazar y apuntar a la víctima, se retiraron con dinero en efectivo y otros elementos de valor, y hasta el cierre de esta edición permanecían prófugos, como ocurre la gran mayoría de las veces ante la inacción policial.

Momentos de tensión

Durante la noche del jueves, un sujeto ingresó alrededor de las 20 a una dietética emplazada en las calles de 15 entre 46 y 47 y no tardó en exponer sus verdaderas intenciones. Extrajo la pistola que llevaba consigo, encañonó a la mujer que se encontraba cumpliendo con sus funciones laborales (en ese momento estaba barriendo) y le dijo, sin preámbulo: “Tirate al piso y callate la boca”. Consciente de la cantidad de casos que terminaron de la peor manera porque los asaltados intentan resistirse, ella nunca atinó a hacerlo y se dedicó a obedecer al pie de la letra.

De inmediato se coló un segundo malviviente y a continuación un tercero, todos con los rostros tapados ya sea con viseras o con cascos. Dos de ellos empezaron a revisar las góndolas para ver si de allí podían llevarse algo, y el primero de los que ingresó enfió hacia la caja registradora. La abrió y sacó el dinero que había dentro, pero evidentemente se llevó un disgusto porque pronto apuró a la damnificada, exigiéndole que le entregara “la plata grande” que, sin embargo, no había.

Antes de irse, se apoderó también del teléfono celular de la perjudicada, quien continuaba en el suelo, sin decir nada. El atraco duró menos de un minuto y quedó registrado en la cámara de seguridad del local, donde se llegó a observar que en la puerta quedó haciendo de campana otro caco, a bordo de una moto.

Para apurar a uno de los rezagados, uno de los implicados le dijo: “Dale, Juampi”. Con ese nombre, y con el registro fílmico, los numerarios intentan dar con los responsables, de quienes nada se sabe.

Sí se sospecha que son los mismos que que habrían hecho de las suyas en un supermercado ubicado enfrente de la dietética, de donde se adueñaron de manera ilegítima de botellas de alcohol y también el efectivo de la caja.

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