Sobreseyeron al repartidor que mató a un ladrón para defender a una mujer de un robo
Así lo resolvió el juez Juan Pablo Massi tras el pedido de los abogados del “glover”. El hecho ocurrió en julio de 2019 en pleno centro.
El titular del Juzgado de Garantías n° 4 de La Plata, Juan Pablo Massi, ordenó el sobreseimiento de Rubén “Glover” Gómez, quien mató de una puñalada al ladrón Julio Gabriel Zapata el 2 de julio de 2019 en la esquina de 10 y 46, cuando defendió a una mujer a la cual el delincuente había asaltado.
“Conforme surge de los elementos de prueba incorporados a la presente investigación, entiendo se encuentra debidamente acreditado que el imputado ha actuado, respecto del hecho que se le endilgara, amparado por la causal de justificación prevista por el artículo 34 inciso 6 (legítima defensa de terceros)”, señaló el magistrado.
Para ello, entre otras pruebas, el juez valoró la declaración de un testigo presencial, quien relató que en “la esquina de 46 veo a dos sujetos, uno de ellos con una caja en su espalda tipo mochila de la empresa Glovo, y otro sujeto grandote vestido de color azul, los cuales estaban forcejeando, como en una pelea”.
En este sentido, el hombre agregó que siguió mirando “lo que pasaba hasta que el sujeto más grandote cae desplomado y golpeó su nuca contra el piso. Pude ver que de su mano izquierda caía un arma del tipo revólver, que parecía ser un 38 de color negro mate, mientras que el chico de Glovo pateó el arma para alejarla de ese hombre”.
El testigo también manifestó que, en ese momento, se dio cuenta de que el sujeto que había caído al piso era el atacante y que el repartidor estaba defendiéndose de la agresión.
Legítima defensa
En tanto, la víctima de robo, Elisa Medina Cantero, contó que había salido del local Abayarde, de calle 9 y diagonal 74, cuando un hombre de campera azul la apuntó con un arma de fuego para robarle un teléfono celular y $9.000 en efectivo. Luego, cuando el hampón empezó a caminar, la mujer comenzó a gritar.
Según los abogados defensores, Damián Barbosa y Gustavo Guerrero, el malviviente “le dio muchos culatazos con el revólver en la cabeza (al repartidor), pero por suerte Gómez tenía el casco puesto”, y que luego comenzó un forcejeo.
“Ahí Gómez extrajo una navaja que tenía en el bolsillo y que suele usar en el trabajo para abrir paquetes y cortar hilos de embalar. El delincuente nunca soltó el arma de fuego, entonces con la navaja le asestó las dos puñaladas y Zapata cayó al suelo muerto. Recién ahí cayó el revólver. Es el caso típico de defensa propia”, indicó Barbosa.
Desde un primer momento los abogados encuadraron el caso en el supuesto de “legítima defensa”, ya que el “glover tuvo que sacar una herramienta de trabajo para evitar que le quiten la vida a él”.