“Los partidos con el Estudiantes de Zubeldía eran de vida o muerte”

Antonio Rosl, ex capitán de Gimnasia, rememoró los picantes duelos con el Pincha del Zorro y destacó la motivación como factor clave para encarar el clásico

Antonio Rosl, un talentoso volante que dejó una huella en Gimnasia y disputó nada menos que 469 partidos en la Primera del fútbol argentino, dialogó con El Clásico a horas de un nuevo derby platense y rememoró su experiencia como jugador en las décadas de 1960 y 1970.

El Gallego, que fue pre-seleccionado para los Mundiales de Inglaterra 1966 y Alemania 1974 y obtuvo tres títulos con San Lorenzo,  se retiró en 1976, siendo capitán del equipo albiazul.

¿Cómo vivía los clásicos?

El primer día de entrenamiento en esa semana previa empezaba a darles manija a los demás. La arenga era constante: “¡El domingo es la final del mundo, nos jugamos la vida”. En cada práctica no parábamos de alentarnos, lo vivíamos con intensidad. Motivarse a muerte y trabajar con todo era clave. Es una semana especial, inclusive el jugador de afuera se contagia porque rápidamente entiende de que se trata el clásico. Estoy seguro de que Rodrigo Contreras ya lo captó.

¿Qué significaba enfrentar al Estudiantes de aquella época?

La gran mayoría de ese equipo provenía de aquella “Tercera que mata”. Esos partidos eran de vida o muerte, todavía me acuerdo de los duelos que teníamos con Marcos Conigliaro. Era a morir pero después terminaba el partido y nos dábamos un abrazo. Con la Selección, noso­tros concentrábamos en un colegio de Ramos Mejía y yo llevaba a Cacho Malbernat y a la Bruja Verón en un Renault Gordini, que recién lo cambie por un Fiat 1500 cuando pasé a San Lorenzo.

¿Qué opinión tiene de Zubeldía?

El que no ha conocido a Osvaldo no tiene idea de lo que era como persona, algo espectacular. Me llevó a la Selección en 1966 y cuando ya íbamos a la Copa del Mundo de Inglaterra se complicó algo y renunció. Pero Osvaldo… ¡qué persona! El quería que le dieran las mismas atribuciones a Faldutti (técnico alterno) pero la AFA le dijo: “No, Zubeldía, usted es el responsable absoluto”. Era tan buen tipo que quería darle las mismas atribuciones a su ayudante y, como le dijeron que no, se fue de la Selección. Guardo lo mejor de él. Lo viví así y lo digo, aunque quizás no se lo quiera en Gimnasia debido a lo que ganó en Estudiantes. 

Alguna anécdota…

En la Selección me decía: “¿¡Quién me mandó a mí a traer este Tripero acá!?”.

¿El clásico que más recuerda?

Es el que jugamos en el Metropolitano de 1975, cuando empatamos 3-3, porque al término del primer tiempo perdíamos 3-1. 

¿Qué jugador destaca del Lobo?

Me gusta mucho Lucas Licht. Quizás su fuerte no es la marca pero tiene un ida y vuelta espectacular. Me gustaría verlo en la zona de volantes con un lateral que le cuide la espalda. Aparte salió de la cantera del club y tiene mucha personalidad. 

¿Cómo ve a los dos equipos?

Los dos tienen las mismas falencias y virtudes. Andan bien en defensa pero no tienen peso arriba. Falta el hombre-gol que pueda desequilibrar. 

Noticias Relacionadas