Amigos son los amigos...

A horas del duelo por Copa Libertadores entre Nacional y Estudiantes, los hinchas del León que fueron arribando a Uruguay recibieron una cálida bienvenida de los simpatizantes de Peñarol, el eterno rival del Bolso. El Manya y el Pincha, un vínculo histórico entre asados y noches coperas.

La confraternización entre las hinchadas de Peñarol y Estudiantes, puesta de ma­nifiesto una vez más en las últimas horas en la previa al partido de esta noche ante Nacional, rememora una amistad que data de décadas. Existe una especie de pacto que determina un ida y vuelta muy particular, por eso no llamó la atención que los simpatizantes del Manya recibieran tan afectuosamente a los Pinchas que fueron arribando a Uruguay para presenciar el duelo de esta noche por Copa Libertadores. Al margen de polémicas o juicios de valores referidos a este tipo de amistades, es interesante conocer el origen de este vínculo.

La buena relación entre los dos clubes tiene su punto de partida en la década de 1920, en donde protagonizaron algunos amistosos. Entre 1937 y 1940 el presidente de Estudiantes fue Manuel María Lavié, de raíces uruguayas y Carboneras, lo que contribuyó a sostener el buen vínculo. Sin embargo, la fuerte amistad que forjaron luego tomaría forma también en 1960. De aquellos duelos internacionales quedaron lazos de amistad entre ambas parcialidades, los cuales se extendieron por al menos dos generaciones de hinchas, quienes cruzaron el charco durante los últimos 50 años.

Sergio Chans, un uruguayo hincha de Peñarol criado en la localidad de San Francisco Solano, fue quien consolidó la amistad entre los hinchas del Carbonero y el Pincha. El punto de partida de esta historia se remonta a 1989 cuando se enfrentaron ambos equipos por la Supercopa. Por entonces, Chans, conocido en la tribuna como “El uruguayo”, ya se había ganado un lugar entre los líderes de la tribuna, y en sus visitas a Montevideo se sumaba a la Barra Ámsterdam de Peñarol, cuyos líderes eran Pepe Larriera, Adolfo, Alexis, Rocky y el Barba González. Precisamente el Barba, que junto al Negro Cerrito eran quienes llevaban al estadio la recordada bandera que decía “El Pincha es Manya”, organizó junto a Sergio Chans un asado entre las dos hinchadas cuando se jugó en La Plata el partido de la Supercopa. Cuenta la historia que en ese encuentro se oficializó la amistad entre ambas hinchadas.

Por eso, desde aquel momento se hizo común ver camisetas y banderas aurinegras en los partidos de Estudiantes y casacas albirrojas en la tribuna de Peñarol. Pero el apoyo mutuo no se quedó solo en eso. Cada vez que el conjunto uruguayo jugó partidos de Copa en Buenos Aires, allí estuvieron decenas de hinchas del Pincha reforzando a la parcialidad Carbonera, y a la inversa cuando a Estudiantes le tocó viajar a Montevideo.

“Banco a muerte esta amistad. Pincha y Manya, un sentimiento de hermandad. Ni Bolso ni Tripero, Pincha y Carbonero. Pincha, Pincha, Pincha corazón, la hinchada te saluda porque sos de Peñarol”, reza uno de los cánticos del conjunto uruguayo. Que con su hinchada estará alentando desde algún lugar, junto a los más de 2.000 hinchas de Estudiantes que dirán presente esta noche en el Gran Parque Central de Montevideo.

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