Cambio de reglamento en la NBA

Una de las grandes competencias internas de las máximas estrellas de la NBA es quedarse con todos los premios y reconocimientos de la liga más importante de básquet del mundo.

En la temporada 2023-2024 comenzó a llevarse a cabo un nuevo cambio de reglamento para quienes quieran ir en busca de tales premios. Esta regla establece que es casi seguro que los jugadores no serán elegibles para los premios individuales más importantes: Jugador Más Valioso, Jugador Defensivo del Año y honores All-NBA, entre ellos, si no juegan en al menos 65 partidos.

La regla de los 65 juegos representa poco menos del 80% de la temporada regular de 82 juegos. Junto con el torneo de temporada y la política de participación de jugadores más amplia, se diseñó para poner más énfasis en la temporada regular y alentar a los equipos a jugar contra sus jugadores de élite con más frecuencia.

Esto despertó un descontento en los jugadores por la gran exigencia que podría poner en riesgo sus ingresos y menciones, como así también la participación en los equipos de All Stars de la NBA.

Por eso existe una forma de apelar. Aquellos jugadores que no alcanzan el umbral de 65 juegos, existen procedimientos para intentar recuperar la elegibilidad para los premios. Sin embargo, el camino para lograrlo es estrecho.

Una vez que un jugador oficialmente no ha podido alcanzar los 65 juegos jugados, la regla establece que tendrá dos días para presentar una queja. Seguirá una audiencia de arbitraje entre el jugador, el equipo, la liga y el sindicato de jugadores. Para presentar una queja, un jugador debe tener evidencia clara y convincente de que el equipo limitó los minutos o juegos jugados por ese jugador con la intención de privarlo de la elegibilidad para uno o más premios.

También hay una cláusula relacionada con las lesiones: si los jugadores sufren una lesión que pone fin a su temporada justo antes de alcanzar el umbral de 65 juegos, podrían seguir siendo elegibles para recibir el premio. Ese jugador tendría que haber jugado al menos 62 partidos de temporada regular, haber sufrido una lesión que puso fin a la temporada y haber jugado al menos el 85% de los partidos de su equipo antes de lesionarse.