El diario Hoy lo anticipó: era el Profe Córdoba

Luego de la derrota frente a Rosario, el futuro del entrenador del Lobo pende de un hilo.

Tras la derrota contra Rosario Central sobra el silencio y faltan las respuestas. Este presente no representa el simple fracaso deportivo de un proyecto que nació entre gallos y media noche. Es el fiel reflejo del resultado de las decisiones improvisadas, por momentos autoritarias y tan perjudiciales y dañinas como las que ya habían llevado al club al borde del descenso a finales del año pasado.

¿Por qué los dirigentes Gauna, Cowen y Arrien fueron a buscar a un entrenador uruguayo, sin experiencia en el fútbol argentino y que necesita un GPS para llegar desde el centro de La Plata hasta Estancia Chica, en Abasto?

¿Por qué no le dieron la chance de dirigir a Daniel Córdoba, quien en los sondeos de opinión previos a la elección del entrenador tenía más adeptos que el propio Méndez?

¿Era necesario darle el mando del equipo a un cuerpo técnico que nunca dirigió en la Liga Profesional de nuestro país o resultó un vuelto o retorno de favores entre tantos negociados con empresarios del fútbol uruguayo?

El Profe Córdoba le dio mucho a Gimnasia como deportista, como entrenador de natación y formador del deporte inclusivo, logrando gratos recuerdos en muchas familias de triperos que vieron a sus hijos aprender a nadar en la pileta del club.

¿Acaso pesó más el prejuicio por haber dirigido al otro club de La Plata hace 29 años, que la realidad de intentar sacar adelante al equipo de este pozo deportivo en el que cayó?

“Si lo traía al Profe y me iba mal, a los cuatro partidos me prendían fuego la cancha”, le confesó el propio Mariano Cowen en su despacho del Hipódromo al jefe de Deportes de este diario en una reunión privada que se mantuvo el martes 4 de junio a las 12 del mediodía.

Al final le terminó pasando lo mismo con Marcelo Méndez. El fútbol no es una ciencia cuántica. Es mucho más simple de lo que muchos lo quieren hacer ver.

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