Por Daniel “Profe” Córdoba
Estudiantes mostró más actitud de lo que venía mostrando, Gimnasia también...
Daniel Córdoba, quien estuvo en el estadio de calle 1 y se cruzó con el sanador Manuel Valdez, analizó la victoria del Pincha y la actuación del conjunto albiazul en la Bombonera.
La primera presentación de los equipos de la ciudad de La Plata ante los grandes del fútbol argentino dejó una conclusión: la pretemporada y el receso no cambiaron mucho de lo que los dos equipos habían mostrado el año pasado.
Estudiantes fue desbordado por los dos costados, ante un River que, con oficio y jerarquía, lo acorraló en su cancha durante los primeros minutos del partido.
Rodríguez, que llegó para descomprimir a Ayala en la mitad de la cancha, no hizo ni una cosa ni la otra. Y tanto Milton Casco por la derecha como Angileri por la izquierda se cansaron de desbordar y tirar centros ante una defensa nueva, cuyos jugadores no se conocían entre sí, y que dejaron a Mariano Andújar otra vez muy expuesto.
No vi a nadie de River que llevara la pelota por el centro, como un enganche o un 10. Solo Enzo Pérez arrancando desde atrás y buscando a los laterales que pasaban siempre y ganaban ante los defensores de Estudiantes. Encima, la expulsión de Tobio le complicó las cosas a un equipo que no pudo reaccionar y en el segundo tiempo sufrió la definición de Angileri, que, pese a ser un defensor, terminó pisando más el área que los mediocampistas del equipo visitante.
Mauro Díaz, quien en poco menos de media hora hizo más que Tití Rodríguez, puso el empate con una gran jugada dentro del área, y, en el último minuto de la noche, con un agónico cabezazo de Noguera, se terminó quedando con un triunfo exultante.
Gimnasia fue otra cosa. Corrió, le faltó el respeto a Boca y se animó en la Bombonera con rebeldía y compromiso. Boca demostró que tiene muy poco y que, de no ser por alguna individualidad de Villa, Tevez o Cardona, no tiene argumentos para ganar un partido con juego colectivo.
El equipo de La Plata se terminó llevando un punto, pero se pudo haber traído dos más. Lo buscó, lo mereció y casi se trajo un punto muy meritorio para seguir confiado y creciendo desde la humildad.