por gabriel pedrazzi
Gimnasia sufrió mucho la ausencia de futbolistas en la generación de juego y en la definición
El equipo Tripero se enfrentó ante un rival que sabe a lo que juega y tiene en Domínguez a un técnico que hizo una lectura rápida del partido cuando echaron a Insaurralde.
Gimnasia se plantó con un 4-4-2 con Ramírez y Domínguez bien de puntas y manejó muy bien la pelota parada. Miranda jugó por la izquierda de la mitad de la cancha y Alemán se recostó más por la derecha. Cuando se podía replegar se convertía en un equipo bien cortito. Las líneas estaban muy juntas y eso le permitía salir rápido.
El equipo manejó bien la pelota parada, pero a partir de los 30 minutos se replegó demasiado y cometió muchas faltas. Esto pasó porque en lugar de mirar a los rivales para controlarlos, miraban demasiado a la pelota al momento de marcar. Encima, a los 35 se le sumó la expulsión de Insaurralde y se le complicó todo.
A excepción de los últimos 15 minutos del primer tiempo, en donde Colón se acercó con remates desde afuera del área, el conjunto local no lo inquietó mucho a Gimnasia.
La presencia del chico Farías me hizo acordar mucho a los inicios del Kun Agüero. Creo que estamos en la presencia de un gran jugador para el fútbol argentino en el futuro.
En el segundo tiempo, Gimnasia se paró con cuatro defensores y cuatro volantes, pero se lo vio más a Domínguez solo de punta ante la expulsión de Insaurralde.
Al principio daba la sensación de que Colón tenía más la posesión de la pelota y que podía ser más que Gimnasia. Pero con el correr de los minutos el equipo se acomodó y el Sabalero no lo complicó tanto como parecía en el inicio de la segunda mitad.
Colón armó una línea de tres, Domínguez paró más gente en posición de ataque, incluso ensanchó bien la cancha, pero así y todo tenía predominio territorial, pero le faltaba lastimar.
Sin embargo, Farías agarró la pelota y con un magistral manejo dejó a Meza mano a mano y definió el partido.
Después del gol pensé que Gimnasia iba a salir más pero no pudo. Colón lo buscó, pero el Lobo fue un digno rival. El equipo jugó contra el último campeón del fútbol argentino, que tiene muy aceitado lo que tiene dentro del campo de juego, y encima se jugó en una cancha que conoce muy bien.
El técnico Domínguez tuvo una lectura muy rápida y acertada del partido cuando se fue expulsado Insaurralde. Fue metiendo gente en posición de ataque, pero de forma mezclada. Fue gradual, sin perder el orden ni descuidarse.
Gimnasia se defendió bien, para mí, dejó una buena imagen dentro del contexto de cómo se presentó el partido, y ante un rival que sabe a lo que juega.