Italia es una banda

Italia es una banda total a tal punto que casi entre central y portero, solos, se hacen el tercero. Los europeos marcaron muy mal y se complicaron solos. Presión alta para el equipo de Scaloni, a quien dirigí y tengo el orgullo de decir que llevé a Estudiantes de La Plata cuando era muy joven y tampoco muchos apostaban por él.

Cada contra celeste y blanca parecía gol. Argentina se floreó y Messi fue la gran figura. En el segundo tiempo lo de Italia no fue malo: ¡fue peor! A Messi lo golpearon y los tanos casi se llevan una roja. El equipo de Roberto Mancini esperó replegado y salió bien de contra. Pero sobre la media hora de juego, Argentina levantó el nivel, primero con un remate de Messi y después con una magnífica jugada de la Pulga por izquierda y el centro al medio para Lautaro Martínez, que solo la tuvo que empujar.

En el final de la primera mitad, el nueve nacional ganó por potencia, encaró a la defensa italiana y metió un pase filtrado cinco estrellas para el Fideo, que ganó en velocidad y la picó ante la salida de Gianluigi Donnarumma para estirar la diferencia en el marcador e irse al descanso con una ventaja de dos goles. Con el resultado a favor, Rodrigo De Paul mostró demasiado la pelota y por momentos merecía que le cierren el pico de un hachazo. Provocó. Protestó. Cargó. Y así lo terminaron sacando para que no lo lastimen.

Olvidé que el director técnico italiano es Mancini. El mismo que dirigió cuando fueron eliminados por Macedonia. A los Azzurros les faltan tres o cuatro jugadores muy buenos. Fue una humillación para el tetracampeón mundial. En el pub, donde se juntaron los italianos a ver el partido, deberían hacerle la despedida a Mancini…