La ciudad se tiñó de celeste por la gran final

En una jornada inolvidable desde lo futbolístico e histórica para nuestra ciudad en cuanto a la organizativo respecta, Uruguay e Italia se enfrentaron en el Estadio Único Ciudad de La Plata “Diego Armando Maradona” en busca del título mundial juvenil. Fue un partido que paralizó a ambas naciones, expectantes de un futuro próspero desde lo futbolístico.

Si bien la expectativa era alta por la inmensa colonia de italianos, que desde la década de 1940 comenzaron a instalarse en nuestro país y también en gran número en la región, la cercanía, la ilusión y la expectativa hicieron que las tribunas del “Diego Armando Maradona” platense se tiñan de celeste.

Incluso desde Migraciones del Uruguay elevaron la alerta de que más de 72.000 personas cruzaron la frontera hacia Argentina, agotando pasajes, pero por sobre todas las cosas generando revuelo en las inmediaciones, tomando en cuenta que la capacidad máxima del estadio es de 55.000 espectadores.

Ya en la previa se hablaba de entradas agotadas, en las horas previas se liberaron algunas más y las reventas estuvieron a la orden del día. Pero nada de ello le quitó la ilusión de llenar de color celeste el estadio a los hinchas charrúas, que ya desde el segundo tiempo del partido entre Israel y Corea del Sur entonaban su clásico “Vamos, vamos, Celeste”.

A partir de las 17, las plateas rebalsaban de gente. En el duelo del tercer puesto se registraron cerca de 18.000 espectadores. Ya una hora antes de la gran final comenzaba a respirarse un estadio lleno y el grito de guerra contra los italianos no se iba a hacer esperar. “Volveremos, volveremos, volveremos otra vez, volveremos a ser campeones, como la primera vez”. En alusión al Mundial de 1930 que Uruguay obtuvo, primero de mayores en la historia. Ahora el objetivo estaba centrado en la coronación de la primera Copa mundial juvenil de la celeste.

“Locales” y campeones

El mayor marco se dio dentro del Estadio Único “Diego Armando Maradona”. La ciudad de La Plata tuvo el tinte celeste, que solo los charrúas saben darle.

Desde el inicio le hicieron sentir la localía a Italia y a ellos poco y nada les importaba que la cita mundialista fuera Sub-20. Sentían que iban por una tercera estrella y la lograron.

Una multitud transformó a La Plata en Montevideo, alentó, sufrió y padeció algún que otro fallo polémico del VAR. Finalmente explotó de alegría a los 41 minutos del segundo tiempo con el gol de la figura, Luciano Rodríguez.