La huella del Viejo se extrañó más que nunca y se vienen horas decisivas…

No había peor forma para cerrar el semestre. Los cinco goles de Vélez en el Bosque calaron hondo en la Comisión Directiva de Gimnasia, que hasta el viernes a la noche no tenía en mente pensar en un plan B para el equipo de cara a la segunda mitad del año.

Ya con la mayoría de los jugadores recuperados del coronavirus, y cuando el objetivo se había convertido en buscar dar un salto de calidad y empezar a pensar una clasificación a futuras copas, el equipo recibió una contundente goleada que no estaba en los planes de nadie.

La derrota, además, llegó en el momento previo al balance y le pone un broche negro a una campaña en la que el equipo se vio diezmado por las bajas que ocasionó el coronavirus entre las fechas 5 y 9 de la campaña.

La huella de la mano del Viejo Griguol en el pecho de la camiseta pasó de ser un homenaje a un mensaje en el desarrollo del partido, y a más de uno se le cruzó por la cabeza tener otra vez un técnico de experiencia en el medio local, con los años que tenía el Viejo cuando llegó al Lobo en 1994, y alejarse un poco de la camada de nuevos entrenadores que, a excepción de Gallardo (y hasta ahí nomás Beccacece) no demostraron nada en el medio local.

“Cuanta falta le hace un Griguol, o un técnico de experiencia a este equipo”, susurró por lo bajo un dirigente mientras cruzaba por los jardines del Bosque y encaraba la puerta de salida cuando terminó el partido de ayer.

Por lo pronto, la Comisión Directiva planificó una reunión con Leandro Martini, Mariano Messera y Gabriel Perrone que se podría desarrollar entre mañana y el martes. Allí, la idea originaria era definir qué jugadores están en condiciones de pasar a formar parte del plantel de Primera a partir de junio, cuando el equipo vuelva a entrenar después del receso.

Sin embargo, a la luz de los resultados, se buscará tocar la fibra íntima de la dupla para conocer si se sienten seguros y confiados de seguir hasta diciembre como indica el contrato o podrían volver a formar parte de la estructura del fútbol juvenil.