Los paraísos de Catar que se hicieron conocidos por el Mundial

Playas de aguas serenas, pasión por la pesca, luces brillantes por todos lados y una armonía inusual por la seguridad que reina en la vía pública hacen del país organizador de la Copa un paraíso que enamora a los turistas.

Cobertura exclusiva doha - catar

Enviados especiales al Mundial

Por las calles de Doha se transmite buena energía. No hay discusiones de tránsito, ni motivos para pelearse entre las personas. Hay miles de turistas que a casi diez días de haber arrancado la Copa del Mundo se están enamorando de Catar.

Cada vez que un país se postula para organizar el Mundial, tiene como idea de fondo mostrar ante el mundo una imagen positiva de su sociedad. Y aquí se está logrando.

Más allá de que se encuentra mano de obra muy barata y que la mayoría de los comerciantes o trabajadores han emigrado de India, Kenia u Omán y muchas veces admiten no tener las mejores condiciones para hacerlo, se establece un contraste muy grande entre los jeques, sus familias y las personas más adineradas. No se trata de la misma diferencia que en Argentina existe entre la clase media y la clase alta. Aquí directamente hay multimillonarios que manejan autos de alta gama y viven en mansiones lujosas o trabajadores que habitan departamentos en barrios más populares como el “chino”, que existe en todas las capitales del mundo.

Para el caso, los cataríes vienen logrando el objetivo de mostrarle al mundo sus paraísos en la capital: alcanza con caminar por la zona de Kattara para reconocer el gusto de los habitantes de este país, que mezclan la modernidad de la cultura occidental con imponentes shoppings o centros comerciales, con la naturaleza de la pesca en la playa. En tal sentido, todo es luminoso y colorido, además de armonioso.

En las playas de Katara los ­cataríes hacen un culto de la pesca y lo toman con una actividad atractiva y distendida, ya que mientras un grupo de pescadores se mete en el mar con las embarcaciones, otros los recibe en la orilla cantando a modo de rito para pedir buenos deseos y una buena cosecha de peces.

La escena cautiva el interés de los visitantes que observan entusiasmados el rito de la pesca, sacan fotos o filman ante la simpática mirada de los habitantes de este lugar.

Si bien durante el mediodía el calor es insoportable, el sol se esconde temprano y a partir de las 15 se puede pasar una agradable (y corta) tarde de playa, porque a partir de las 16 se hace de noche. En ese momento nace otro atractivo: el de las luces. A medida que se va la luz natural se iluminan los ostentosos edificios de colores que le dan un marco de cuadro perfecto al paisaje. Todo brilla en este lugar.

Además, la temperatura es muy agradable cuando llega la noche, por lo que invita a los turistas al consumo agradable de una típica comida árabe con mesitas que se ponen al borde la arena de la playa. Puede ser desde un simple fatay conocido en Argentina, como también algo más elaborado con arroz que siempre combinan con salsas picantes. O sino el típico shawarma, que suele venderse a un precio popular. Todo se combina con agua o gaseosas y en algunos lugares excepcionales con cerveza.

En otro sector de Doha también se pueden apreciar paseos con estructuras más antiguas que remontan a la cultura europea. Tal es el caso de la zona de la Perla, más al Sur de Doha, o la zona de Souq Waqif. En ambos lugares hay edificaciones con estructuras que se parecen mucho a los edificios de Grecia o de Venecia en Italia.

En Catar se estima que esta será la última gran semana de explotación comercial por el Mundial, ya que la semana que viene comenzará el éxodo de turistas debido a que arrancan los octavos de final y los cuartos de final, en los que se prevé que se queden solo los hinchas de las selecciones que siguen adelante.

Doha, por ahora, es un paraíso en el medio del desierto que los cataríes están mostrando al mundo como un país organizado, seguro, pero con costumbres muy rígidas e invulnerables como la de la religión, ya que todos los días a las 4.30 de la madrugada y las 18 se para todo para que los más devotos puedan orar por un lapso de 15 minutos de manera ininterrumpida.

Noticias Relacionadas