¿Qué se pone en juego en la Selección con la definición del futuro de Messi?

Dentro de 22 días Lionel Messi cumplirá 36 años y la decisión sobre su futuro puede marcar una inclinación en su carrera profesional con incidencia directa en el seleccionado argentino. ¿Seguir en la élite o priorizar el último tren para juntar más dinero?

Entre una cuota de especulación y una gran porción de realidad, la continuidad deportiva de Lionel Messi mantiene expectantes a los fanáticos del fútbol, pero especialmente a los hinchas de la Selección Argentina campeona del mundo.

El próximo 24 de junio Messi cumplirá 36 años, una edad avanzada para cualquier jugador que pretende mantenerse en la elite suprema del fútbol mundial, pero como siempre Messi es la excepción.

Sobra la base de que los contratos que a cualquier jugador se les registra en los clubes que van a jugar en la temporada que arrancará en el segundo semestre del 2023 son por lo menos por un año, cada nueva temporada que se cuente a partir de ahora será un año de vida útil deportivamente hablando para quien es considerado el mejor jugador de todos los tiempos.

El técnico del PSG, Galtier, terminó de confirmar que el sábado Messi jugará como titular el último partido con la camiseta del París.

“Tuve el enorme privilegio de entrenar al mejor futbolista de la historia. El sábado es su último partido en el Parque de los Príncipes y espero que sea bien recibido por todos los aficionados”, dijo con rostro serio el DT.

En total, fueron 73 los partidos de Lionel Messi con el PSG, convirtiendo 32 goles, 9 de ellos en ­Champions League. En esta temporada donde su equipo fue campeón de la Ligue 1, aportó 16 tantos y 16 asistencias.

Pero ¿en qué puede incidir en el futuro de la Selección que Messi juegue en otro equipo con ambiciones o en otro destino cuyo nivel de competencia no sea tan alto?

Por un lado, según pudo saber este diario, el capitán del seleccionado siente que llegó a ganar todo lo que tuvo enfrente en su carrera profesional, pero desde el 2015 que tiene la espina de volver a ganar una Liga de Campeones de Europa. Lo intentó varias veces con el Barcelona y en las dos últimas temporadas con el PSG.

Antes de su retiro, conseguir la quinta Champions de su carrera y mucho más con el Barcelona como ocurrió en el 2009, 2011 y 2015 (además del 2006 en donde no participó tanto) sería la frutilla del postre para una carrera que el año que viene lo encontraría con 37 años en etapa de definición del máximo torneo a nivel clubes del mundo (la Champions).

Para ello sería necesario acordar su regreso al Barcelona, que con Xavi como entrenador volvió a ganar la Liga de España y se clasificó otra vez a la Champions. Esto mantendría a Messi en la elite del fútbol mundial y su nivel de exigencia se va a mantener alto para llegar incluso a la Copa América del año que viene con la Selección.

Distinto sería si el padre de Messi, Jorge Messi, ajusta los números con el Inter de Miami de la MLS o bien con un club de Arabia Saudita.

Por un lado, la presencia de Messi en Estados Unidos potenciaría la liga del país que va a organizar la Copa América y el próximo Mundial conjuntamente con Canadá y México. Sin embargo, el nivel de juego no será el mismo para un futbolista que físicamente no ha tenido nunca grandes lesiones y que apunta a seguir jugando por lo menos hasta los 40 años, tal como ocurrió por ejemplo con Zlatan Ibrahimovic.

Al Hilal de Arabia Saudita, dirigido por el argentino Ramón Díaz, le envió a Messi una oferta formal: tres años y 400 millones de euros por cada uno. Es decir, por jugar de aquí al próximo Mundial en Arabia recibiría 1.200 millones de euros.

Cada año de contrato es casi siete veces más de lo que en la actualidad recibe en el PSG.

En lo que refiere al Inter de Miami, la propuesta sería un término medio entre el alto nivel deportivo que propone Europa, el dineral de Arabia y la tranquilidad de jugar en una liga como la de Estados Unidos, en la que sabe que se va a destacar, que no lo van a cuidar y encima vivirá en un país que le permitiría tener mucha tranquilidad, en especial en Miami, en donde prácticamente se habla el español más que el inglés.

Si decide recalar en el equipo en donde la principal referencia es David Beckham, potenciaría la liga y generaría una empatía con el público de aquel país en los años previos al Mundial. El técnico Phil Neville ya dio el visto bueno.

Ayer se confirmó la salida. El dilema ahora es en dónde va a jugar a partir del próximo mes.

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