Racing juega ante Argentinos pero ya piensa en volver al Cilindro el próximo domingo

Por Felipe Martiarena

Racing no encuentra rumbo deportivo alguno. Inmerso en un océano de dudas sobre quién sucederá al "Sifón" Úbeda, víctima de la dirigencia y expuesto a la incapacidad propia de dirigir un primer equipo, enfrentará a Argentinos Juniors por la Fecha 13 de la Liga Profesional de Fútbol.

Bajo una escasa estrategia de juego que lo dejó casi fuera del campeonato y eliminado de la Copa Argentina, la Academia deambula en los puestos intermedios de la tabla de posiciones y parece estar en caída libre.

Las expresiones de su capitán en el partido ante Godoy Cruz por los octavos de final de la Copa Argentina dejan en evidencia el mal momento que pasa el plantel, a cargo de una dirigencia incapaz desde lo futbolístico y con nulo proyecto a futuro.

En el balance, uno puede decir que en la comparativa, dejando de lado a Boca y a River, Racing ve a sus dos competidores naturales (Independiente y San Lorenzo) y parece 'no estar tan mal'. O al menos, eso cree la directiva, que no hace absolutamente nada para mejorar. 

Rubén Capria, desaparecido en acción, contrató un lateral izquierdo ecuatoriano del cual no se tiene una referencia. Sumado también a una polémica revisión médica, la cual puso al límite la firma del contrato del jugador, del quién su nombre puede ser olvidable en cuestión de minutos, el ex mediocampista parece pender de un hilo su continuidad, ante los constantes errores.

Sin embargo ese no sería el eje de su destitución, sino su forma de trabajo, carente de profesionalismo al no tener lineamientos más que una percepción subjetiva del nivel futbolístico de los jugadores y directores técnicos.

Tampoco se hizo cargo de la mala gestión del anterior entrenador, Juan Antonio Pizzi, quién perdió dos finales sin anotar y encajando 8 goles entre ellas, agregando que el equipo jugaba igual de mal o peor que el actual Racing de Úbeda.

Victor Blanco, asesorado por Adrián Fernández (integrante del Consejo de Fútbol junto a Capria y Claudio Velo) y Miguel Jiménez (actual vicepresidente y padre de un reconocido representante, Agustín Jiménez) no sabe que hacer, o mejor dicho sí: delega responsabilidades para directamente lograr una absolución en el área de fútbol y escudarse en una vieja gestión, de la cual se pone por encima de Diego Milito, que justamente, hoy no está, y el club es algo así como un desierto.

Un máster plan, presentado para reformar el Cilindro, el cual incluía la puesta en valor de los accesos, extensión de las plateas y hasta palcos vip en la zona superior del estadio, hoy es una utopía. Ni siquiera pudo poner en funcionamiento un ascensor que va hasta el palco presidencial. Si, así está Racing.

La Academia naufraga en el océano de los egos. De dirigentes que en su momento le hicieron mucho bien pero que ahora han quedado obsoletos con el pasar del tiempo. El Racing que había llegado con Milito, el de la innovación, de los datos, del profesionalismo, el famoso Racing europeo, está cada vez más lejos, al menos hasta 2023.

Es por eso que el hincha está esperando el domingo. Blanco y sus secuaces, por supuesto que no. Por primera vez desde el inicio de su gestión, allá por el año 2014, el presidente verá con sus propios ojos, un baño de realidad y cómo sus socios hacen el balance de la administración deportiva del club. 

El mundo avanza y Racing retrocedió varios pasos con la ida de Milito, que se lo vio hace un par de días, comentando Inter - Real Madrid, para una cadena de televisión extranjera. Aunque sin dudas, está esperando sentarse en el trono racinguista.