CLASICO PLATENSE

“Uno de los clásicos que más recuerdo es el número 100”

Julián Camino, un referente de la escuela Pincharrata, disputó varios duelos platenses como jugador y también como integrante del cuerpo técnico de Alejandro Sabella. En diálogo con diario Hoy, el mítico defensor recordó los enfrentamientos que más lo marcaron ante Gimnasia.

Al decir su nombre, no hay mucho que explicar: forma parte de la escuela Pincharrata. Julián Camino debutó en Estudiantes en el año 1979, siendo parte fundamental de varios equipos campeones, aprendiendo el estilo futbolístico (y de vida) que mantiene hasta estos días. El mítico defensor disputó varios clásicos ante Gimnasia, dentro del campo como jugador y luego en el banco de suplentes como parte del cuerpo técnico del Profesor Sabella. Y ganó en ambos roles.

A pocas horas de un nuevo derbi platense, Camino charló mano a mano con diario Hoy y dejó sus sensaciones sobre el encuentro del domingo.

—¿Cómo vivís la semana previa al clásico platense?

—La semana previa al clásico siempre se vive con más nerviosismo y ansiedad. Estudiantes todavía no estaba pensando en el partido con Gimnasia porque tenía un encuentro clave por la Copa Libertadores. Venimos con una racha positiva en los clásicos y al equipo lo veo bien.

—¿Cuál es el partido que más recordás como jugador ante Gimnasia? ¿Y acompañando a Alejandro en el cuerpo técnico?

—El partido que más recuerdo es el número 100. Si bien estaba lesionado, fui parte de ese plantel. Ese encuentro fue muy importante porque hacía rato no se disputaba el derbi: nosotros estábamos en una buena época y Gimnasia venía del Nacional B. Como jugador fue el que más recuerdo. Y como ayudante de Alejandro, el que más me marcó fue el 3 a 0 en el Único. Veníamos de ganar la Libertadores y pudimos festejar por duplicado con nuestra gente.

—Desgraciadamente nos acostumbramos a no tener público visitante. ¿Influye esto en la cabeza del jugador, sea de un lado o del otro?

—Lo más lindo que tienen los clásicos es la gente. Las ­cargadas, los cánticos y los recibimientos. Es lo que está faltando en el fútbol argentino. Es una pena que no podamos ­disfrutarlo.

—Integraste un equipo que marcó una época...

—Tuve la suerte de jugar un año en Primera y salir campeón. Estudiantes en ese momento no estaba bien, peleábamos el descenso y cuando vino Carlos (Bilardo) salimos campeones porque teníamos un equipo bárbaro. Íbamos a jugar de visitante y para nosotros era lo mismo, teníamos la pelota noso­tros y nos hacíamos presentes en cualquier cancha. La verdad que ese equipo marcó mucho.

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