Campanella y el dilema sobre el cine nacional
En el marco de Argentina Comic Con, Juan José Campanella dio un panel en donde habló sobre su trayectoria como cineasta y su experiencia en Hollywood. Tras la charla con los fanáticos presentes, el director dialogó con diario Hoy y se refirió a los proyectos en los que estará involucrado en 2018. Además profundizó su pensamiento sobre el conflicto que se vive en el cine nacional.
—En enero estrenás la obra teatral ¿Qué hacemos con Walter?; además, vas a dirigir la remake de Los muchachos de antes no usaban arsénico. ¿Cómo hacés para elegir tus proyectos teniendo en cuenta que son completamente diferentes?
—Bueno, yo tengo un gusto muy variado (risas). Cada proyecto tiene una motivación distinta. La obra de teatro, por ejemplo, es una reunión de consorcio en donde se va a definir qué se hace con Walter, que es el encargado, de ahí el nombre de la obra. Es muy graciosa, es del estilo de Esperando la carroza, con un humor muy a la italiana, habla de nuestras miserias y creo que es lo más cómico que he hecho en mi vida. En cuanto a la película, para mí la original es muy ingeniosa y me gustó siempre, una vez se me ocurrió darle una vuelta de rosca, un pequeño giro pero en sí es un homenaje. Van a ser dos películas que se puedan ver juntas, sorpresivamente.
—Hace tiempo que el destino del cine nacional y el conflicto con el Incaa se han convertido en un gran debate social, ¿qué opinás al respecto?
—Siempre me preguntan por eso, aunque creo que es algo que puede responder mejor un productor. Yo no sé exactamente en qué está la Resolución 492, que es la que está más en conflicto con la cuestión de crear una SRL. En realidad lo que sí sé es que la idea sería reglamentar la ley que ya existía, que no se llevaba a cabo de esa manera. La verdad es que las cosas que oigo y con las que voy tratando de educarme tienen que ver con que hay un problema de mucho atraso, de muchas películas que se hicieron (se están haciendo más de 200) y de que no hay plata para todos, por eso es un sistema que tiene que reverse.
Cuando vos hablás en privado, todo el mundo sabe que estamos en problemas pero después en público no lo dicen. Parece que a nadie le importaría solucionar los problemas, sino llevar agua para su quintita para tener un voto más o uno menos. Esa es una discusión que en público, jamás he oído. Andá por ellos, deciles que Juan Campanella te pidió que digan la verdad (risas).
—¿Quiénes son, Juan?
—Todos los que alguna vez te han hablado sobre la ley del Incaa (risas). No los voy a deschavar, eso es una decisión personal. Pero hace poco el organizador de la marcha en contra de una de las leyes me dijo en privado que cree que están bien y que son la única solución.