Cementerio de animales, un clásico que atravesó a todas las generaciones

A finales de la década del 80, el libro de Stephen King fue llevado a la pantalla grande con notable éxito.

A finales de los 80, la novela Cementerio de animales, escrita por Stephen King, fue adaptada para llevarla al cine. En este sentido, el guion, que toma la historia de un cementerio indio lleno de energías sobrenaturales capaces de resucitar a los muertos, tuvo un presupuesto de once millones de dólares.

La inversión fue superada ampliamente a la hora de su estreno, debido a que lograron recaudar casi sesenta millones en todas las taquillas alrededor del mundo. Esta cinta es considerada una de las mejores adaptaciones al cine de este título del autor especializado en relatos de terror.

En 1983 fue publicada la primera versión de esta obra literaria, que está basada en una experiencia personal que atravesó el artista. Sucede que en 1979 King comenzó a dar clases en una casa de altos estudios ubicada en Maine y por eso alquiló una casa para poder instalarse junto a su familia.

La residencia estaba al lado de una carretera por la que circulaban camiones y vehículos a gran velocidad, y muchas veces aparecían animales atropellados. Un buen día, su primogénita sufrió la pérdida de la mascota familiar y allí fue cómo surgió la idea de la historia.

Con respecto a los hechos, el también guionista supo expresar en una entrevista de alcance internacional en el 2019: “El gato de mi hija murió. Y lo enterramos en el cementerio de mascotas de este lugar. Se llamaba Smucky. Le hicimos una pequeña cruz que decía: Smucky, él fue obediente. Y quiero decir, era un gato y no era para nada obediente. Pero amaba a ese gato”.

Luego de lanzar el libro, pasó un tiempo considerable hasta que el autor cedió los derechos del filme para que la productora Paramount pusiera manos a la obra. Además, se encargó de buscar quién sería la cineasta encargada de la realización y la elegida fue Mary Lambert, que por ese entonces trabajaba en la grabación de videoclips.

Un dato poco conocido es que la producción fue muy considerada en respetar la ley de protección infantil y es por ello que el protagonista Miko Hugues, que interpreta a un niño que regresa de la muerte, nunca estuvo en escenas con sangre o involucrado en experiencias que no acordaban con su edad. Para tales fines mandaron a realizar una marioneta para poder grabar sin la necesidad de exponer al menor.

Asimismo, la directora recordó sobre el trabajo con el actor por aquel entonces: “Miko siempre tenía una cosa específica que hacer: saltar de debajo de la cama y dar miedo, o cruzar la habitación y gruñir como un perro. Lo haría y luego todos aplaudiríamos, y le diríamos el gran trabajo que había hecho. Él fue la estrella del momento”.

Con el paso de los años, el ahora mayor de edad declaraba a otro medio sobre su rol en la película: “No creo que supiera que estaba actuando para Pet sematary, solo estaba jugando a fingir. Prácticamente era un bebé. Creo que mucho se lo debo a la directora, al elenco y al equipo, por cultivar ese personaje fuera de mí a una edad tan joven”. Vale mencionar que continuó trabajando en otras películas y series. Por su parte, la plataforma Netflix decidió reversionar este ­clásico recientemente y obtuvo buenas críticas.

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