Cinthia Rajschmir, tras los pasos de Sara Facio

La obra marca el regreso al cine de la realizadora Cinthia Rajschmir.

El estreno en BAFICI de Sara Facio: haber estado ahí marca el regreso al cine de la realizadora Cinthia Rajschmir, quien logra, gracias a la cercanía con la prestigiosa fotógrafa, una entrañable semblanza sobre ella y su trabajo.

—¿Por qué creés que hasta el momento no se había hecho alguna película sobre Sara, o como en tu producción anterior, Manuel Antín?

—Sara me había dicho que le habían propuesto varias veces hacer algo y no había aceptado, pero yo vengo de la pedagogía, que se suma al periodismo, a la comunicación y al cine, particularmente al cine documental, y tengo históricamente un afecto y un cariño por quienes han desarrollado a lo largo de su vida una tarea que le ha hecho muy bien a los demás. Y pienso que como sociedad nos sucede a veces que no tenemos quizás ese cuidado, esa intencionalidad de poder nutrirnos, y no solo nutrirnos para el futuro, sino también recuperar el pasado y vivir una experiencia en el presente que es extraordinaria, porque tanto los encuentros con Antín y la hechura de la película, como el trabajo con Sara en el presente, es extraordinario. Es una experiencia realmente fabulosa, por lo menos para mí como documentalista.

—¿Cómo armás el plan de rodaje en tus películas?

—Con Sara conversamos antes, y en Cortázar y Antín: cartas iluminadas tenía un guion, que siempre es una hipótesis, que se va transformando, por supuesto. Sara conocía el plan de rodaje, por lo menos la intención, y luego en el rodaje surge de alguna manera el alma, va fluyendo en el encuentro.

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