Elizabeth Taylor, la más mediática de Hollywood

En un repaso histórico por los ciclos, personajes y figuras que marcaron un momento de la farándula internacional, diario Hoy recuerda a la fallecida actriz.

Con unos ojos color esmeralda y una melena azabache, Elizabeth Taylor conquistó las escalinatas de Hollywood con una carrera de éxitos y fracasos, apoyada en su carisma, que siempre fue noticia, al igual que sus tórridos romances y los escándalos. A lo largo de su trayectoria, ella participó de películas como Gigante, De repente, La gata sobre el tejado de zinc caliente, ¿Quién le teme a Virginia Wolf?, entre otras.

En su vida personal mantuvo un noviazgo con el heredero de la cadena hotelera Hilton, un joven llamado Nicky, y al poco tiempo decidieron contraer nupcias. Con el correr de la sociedad marital, la mujer comenzó a recibir maltratos por parte de su cónyuge, quien tenía diversas adicciones. Esto valió que repensara la situación. De esta manera, a los nueve meses solicitó el divorcio. Esta decisión disgustó a sus empleadores, que le habían otorgado papeles protagónicos, porque consideraban que la separación manchaba el modelo de mujer que vendían. Es decir, la mujer por aquel entonces cumplía un rol hogareño, angelado y alejado de las decisiones independientes. Así, tomaron medidas lamentables y comenzaron a relegarla a papeles sin ninguna trascendencia.

Con el esmero que siempre la caracterizó, Liz no se dio por vencida en el amor y se enamoró de Michael Winding, un famoso que tenía veinte años más. La unión civil fue inmediata y la llegada de dos hijos también. Ambos comenzaron a incursionar en proyectos audiovisuales que los incluyeran. Sin embargo, como no todo lo que brilla es oro, cuatro años después se separaron.

Mas tarde, Michael Todd apareció en su vida. El flechazo fue inmediato y tuvieron otro hijo. Durante los dos años compartidos, él se abocó a seducirla y mimarla. Pero la desgracia se hizo presente cuando él falleció en un accidente aéreo y Liz cayó en una profunda depresión. Allí fue acompañada por un matrimonio amigo conformado por Debbie Reynolds y el cantante Eddie Fisher, una pareja soñada de aquel entonces. Y como si esta historia no tuviera más lugares trillados, Eddie y Liz se enamoraron, generando un escándalo. En ese momento la sociedad norteamericana la acusó de no respetar el duelo y de ser una mujer que rompía hogares.

Su carrera no paraba de crecer, y ella supo sacarle provecho gracias a su eterna sensualidad. Además, siempre posaba para las promociones con escasos atuendos y dándolo todo para la cámara. Así fue que llegó el proyecto de Cleopatra, la película más cara de la historia, donde estuvo acompañada por Richard Burton, que fue su siguiente conquista, pero no la última. Porque, tras el divorcio con este, ella se interesó en un político republicano.

Fue precursora en trabajar de sí misma, lanzando líneas de perfumes, militando en las causas humanitarias y recaudando fondos para enfermedades como el HIV. Además fue íntima amiga del cantante Michael Jackson. A los 79 años, Liz permaneció internada por problemas coronarios y falleció en Los Ángeles.

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