ESCÁNDALOS de LA TV

Estefanía de Mónaco, entre el pop y la rebeldía innata

La princesa de la costa azul se caracterizó por su desenfado y por hacer lo que dictaba su corazón.

Nacida en el seno de una familia real, Estefanía de Mónaco es la hija menor de la actriz Grace Kelly y el Príncipe Rainiero III. Con “sangre azul” y rebeldía corriéndole por la venas, la mujer, a diferencia de sus hermanos, se caracterizó por romper las reglas, llevar una vida activa y fiel a sus pareceres. Es por ello que, al llegar a la adolescencia y finalizar los estudios secundarios, sus papás decidieron enviarla a otro país para que continuara su formación.

Fue así que se instaló en Francia, donde se formó en arte pero también comenzó a gestar su carrera como cantante profesional. Así se codeó con las figuras del espectáculo, paseó por los escenarios internacionales y consiguió más de un hit gracias al lanzamiento de sus discos. Sin embargo, no todo fue color de rosa. La joven fue a vacacionar a su casa materna, y, durante un paseo junto a su madre, ambas sufrieron un accidente automovilístico que tuvo graves consecuencias. La versión oficial indica que la actriz, que estaba al volante, sufrió una descompensación debido a un accidente cerebrovascular, y es por ello que perdió el control del vehículo. Así se cayeron a un barranco; la madre de la familia real perdió la vida, mientras que Estefanía sufrió heridas de gravedad que la llevaron a permanecer hospitalizada por unos cuantos meses. En este sentido, no pudo concurrir al sepelio en cuestión ni emitió declaraciones sobre los sucesos trágicos.

Estefanía se enamoró de su guardaespaldas, Daniel Ducruet, con quien se casó. Pero el matrimonio no trajo felicidad, sino un escándalo que aún continúa vigente. La pareja tuvo dos hijos y llevaba una vida común y corriente, dentro de lo posible en este contexto de realeza. Con crisis y asperezas intentaron llevar la relación a flote, pero durante una celebración del cumpleaños del hombre todo cambió. Sucedió que Ducruet lo festejó junto a sus amigos, en un hotel alejado, y fue captado manteniendo relaciones sexuales con una stripper. Estefanía decidió que la hora del divorcio había llegado, presentó los papeles y emprendió el regreso a la soltería.

No obstante, su amor por los “patovicas” no cesó, ya que volvió a enamorarse de otro; tuvo a su última hija y se retiró de la carrera de cantante para abocarse a la filantropía, las causas benéficas y la vida en familia.

Continúa viviendo en una pequeña casa en las afueras del palacio real, tiene un look común y corriente, y preside Fights AIDS Mónaco, que ayuda a pacientes portadores de HIV.

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