entrevista

Felipe Gómez Aparicio y Gonzalo Tobal revelan detalles de la serie de Fito Páez

Los directores trabajaron en conjunto para convertir la biografía del artista rosarino en un fenómeno que trasciende las fronteras de Argentina.

Felipe Gómez Aparicio y Gonzalo Tobal fueron los encargados de dirigir El amor después del amor, proyecto que tiene la vida de Fito Páez en el centro, pero que además se anima a contar detalles de la Dictadura, la transición a la democracia y mucho más. Diario Hoy dialogó en exclusiva con la dupla creativa para saber más detalles de la propuesta.

—¿Cómo están viviendo las primeras repercusiones de la serie? La filmaron hace tiempo y me imagino la ansiedad de mostrarlo y demás…

—Gonzalo Tobal: Muy contento. Lo filmamos hace un tiempo, pero después estuvimos bastante involucrados también en el montaje. Así que hasta fin de año estuvimos muy involucrados. Ya estos últimos meses, más que nada con chequeos de postproducción y menos; pero tampoco es que pasó tanto tiempo. Me gusta mucho la serie y estoy muy contento con el resultado. Estaba muy confiado, menos nervioso que otras veces y con una sensación muy positiva de lo que puede llegar a pasar. Pero la verdad que las primeras sensaciones, como el boca de urna, las redes, la sensación de la gente que la empieza a ver, todo lo que va llegando es brutal. Y me parece que la sensación es que va a superar todas las expectativas, como que es un material muy bueno.

—Felipe Gómez Aparicio: Por mi lado lo mismo que Gonza, me está pasando lo mismo en Twitter y en todos los comentarios increíbles. Recibimos uno de León Gieco, que es como pasar el filtro del mundo del rock, que León Gieco hable bien de la serie fue una emoción que nos encontramos recién con Gonza. Y también tuvimos una sensación mientras filmábamos de que estábamos haciendo algo que estaba bueno, que funcionaba. Estar filmando, decir “acción” y “corte”, y darte vuelta y que el equipo técnico esté llorando en una escena o estén riéndose te da la pauta de que vamos para el buen camino

—GT: Y siempre, también hay que decirlo, partiendo de una base de mucho riesgo, porque esto era como un hierro caliente, cómo filmar a Fito, a Charlie, al Flaco. Cuando arrancó era un desafío gigante y con el miedo a la tomatina más feroz. Si salen feos estos personajes se iba a complicar, me parece que, por lo menos yo, creo que ya tenemos la tranquilidad de que eso no está pasando. El nivel de hate por lo menos viene muy bajo, y si el material se prestara al menos a verse como una cosa vergonzosa, ya estaría. Pero la sensación por el contrario es gente emocionada, gente que te dice: “Estoy llorando desde el minuto 10”. Así que eso me parece un montón teniendo en cuenta el punto de partida, porque cuando te metés con algo que es importante, asumiste un riesgo mayor, viste. Acá había un partido importante en juego y la sensación es que el material está a la altura.

—¿Cómo fueron trabajando con cada uno de los actores? ¿Se repartieron la dirección de los episodios?

—FGA: Bueno, por un lado teníamos un equipo muy fuerte de arte con Chopi Casariego y Magdalena Peralta; y un equipo de vestuario increíble también, con Lucia Berutti, que trabajamos la época de una manera más detallista. Y el tema actores, que teníamos mucho respeto como decía Gonzalo, fueron surgiendo con una búsqueda tremenda, con una productora de casting.

—GT: A nosotros nos convocan por lados separados; no nos conocíamos, nos conocimos ahí. Ese momento fue como “hola vamos a hacer esto juntos” y nos pusimos a trabajar juntos. No nos dividimos ni por episodios ni por nada. Hicimos todo el diseño en la previa juntos, pensando cómo la queríamos hacer, desde el diseño estético de todo hasta las decisiones macros las tomamos juntos: las ideas de casting, el casting mismo, de scouting, paleta cromática. Todas las decisiones de la previa las tomamos juntos y después llegamos al rodaje con un nivel de entendimiento entre los dos muy alto. Nos llevamos superbien. De entrada hubo buena química y los dos también tuvimos muy buena disposición a la colaboración entre los dos porque entendimos que, como dijo Felipe, o éramos hermanos o éramos boletas y fue así. Nos pusimos codo a codo y a la hora de filmar empezamos dividiéndonos por dos semanas, después se fue mezclando más. Entonces de todos los episodios filmamos cosas mezcladas, de algunos terminó filmando más él, de otros terminé filmando más yo. Pero también nos pasa algo ahora, que es que cuando vemos el material por momentos nos olvidamos de quién filmó qué. Estábamos muy tranquilos que fuera quien fuera se iba a hacer bien e iba a estar dentro del lenguaje que habíamos planteado. Y con los actores fue un poco así, en esa previa. Y charlamos, siempre estuvimos los dos en cada casting, en cada callback, cuando empezaban a hacer las primeras charlas; y una vez confirmados tuvimos las primeras charlas.

—FGA: El trabajo con los actores nos pareció clave, que todos los personajes que eran los que interpretan a Fito, Fabi, Charly, el Flaco Spineta, Baglietto, intentar por todos los medios que fueran caras nuevas, por lo menos para la actuación. Y que fueran músicos. Porque sentíamos que , en una biopic, donde vos encontraste a un actor que lo reconocés mucho, más allá de la caracterización, yo siento que desvía la tensión. Sentíamos lo mismo con la tensión, que decís: “Estoy viendo a tal actor haciendo de tal”.

—GT: También, algo que lo hablamos bastante, compartíamos una cierta sensación de que a veces lo que no termina de estar del todo bien en algunas producciones de acá, a diferencia de cuando vemos una serie internacional o algo, tiene que ver con el casting y con una sensación de que a veces hay una reiteración de las mismas caras, que, depende del código, a veces funciona muy bien. Pero es extraña esa cosa de decir: “No tengo ni idea quiénes son estos que estoy viendo, pero todos actúan bárbaro”. Y eso hace una diferencia grande en términos de código, por eso nos propusimos cómo lograr eso.

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