Entrevista Exclusiva

“Hacer cine de terror te permite ponerte en contacto con los miedos primarios del ser humano”

Durante una entrevista íntima con este multimedio, Hernán Moyano presentó su última obra, Mete miedo, una cinta interpretada por un elenco internacional.

Nacido en La Plata, Hernán Moyano amó el cine desde que tiene uso de razón y lo eligió como el oficio de su vida. Con éxitos nacionales e internacionales debajo del brazo, el cineasta logró hacerse un lugar en un universo adverso e intenso. En diálogo con este multimedio, el realizador recorrió su trayectoria y presentó su última obra que está siendo rodada e interpretada por un gran elenco.

—A lo largo de tu trayectoria, supiste trascender fronteras y tu arte llegó a otros países, ¿cómo fue recepcionado en el exterior?

—Desde que empezamos a pensar en hacer cine de terror, sabíamos que nuestro público principal no estaría en argentino sino en el exterior. Por ese entonces, el género era una utopía y no había un panorama receptivo para ese tipo de propuestas. Muy por el contrario, afuera siempre ha habido mucho interés por propuestas más radicales. El público del cine de género es muy fiel y no le importa realmente si una película es argentina, coreana, checa o australiana. Lo que trasciende es que sea una buena película, que no defraude. En ese sentido, nuestras producciones siempre fueron muy bien recibidas en el exterior e incluso mejor. Sucede que en el país no teníamos demasiada repercusión pero en otros lares éramos seguidos de cerca por la prensa especializada y los fanáticos. Considero que hoy sigue pasando lo mismo aunque lentamente acá se empiezan a caer ciertos pruritos y preconceptos.

—¿Cuáles son los encantos que encontrás en el género terror que llevó a que también formaras parte de un manual?

—Permite hablar de ciertos temas que otros géneros quizás no pueden o lo hacen para un público más limitado. Es tan amplio y a la vez es consumido por un público más masivo que va entre los preadolescentes y adolescentes que concurren masivamente a las salas. Por eso el género siempre ha sido tan popular. A la vez, hacer cine de terror te permite ponerte en contacto con los miedos primarios del ser humano y con los propios para poder exorcizarlos en una película sin riesgo a salir lastimado. Creo que ese es el elemento catártico que tanto aman los fanáticos del terror. Vivir una montaña rusa de emociones en la seguridad que brinda una sala de cine a oscuras y una vez que la película termina, poder volver a la seguridad del hogar sin efectos colaterales. El manual de cine de género nació como una forma de poder visibilizar y vincular a muchos de los realizadores que, desde hacía 20 años, veníamos dándole forma a un cine de género latinoamericano.

—¿Quiénes son tus referentes?

—Aquellos del cine americano e italiano, es decir, directores como John Carpenter o Dario Argento, Brian de Palma y tantos otros, mientras que, a nivel nacional, Damián Szifron. Me encanta su dinámica de trabajo, su claridad conceptual y sobre todo su forma de ver el cine. Si bien es comercial, no deja de lado su carácter autoral. A nivel local, Carlos Vallina siempre ha sido un faro para pensar la formación cinematográfica y educativa. Aprendí muchísimo en sus clases y acompañándolo en su cátedra de realización. Agradezco mucho haberme podido formar al lado de él.

—¿Qué debilidades y fortalezas encontraste en el camino a un universo nada fácil como lo es el cine?

—Quizás la falta de conexión entre la parte formativa y la industria. Cuando uno está estudiando, cree que va a poder conectar rápidamente con el medio productivo, pero eso no es así. Es muy complejo hacerlo y llevar adelante proyectos propios. Es esa es una de las principales falencias que encontré a la hora de formarme. Creo que incluso hoy, en la formación de los nuevos realizadores existe un romanticismo por lo regional que hace que muchas veces se olvide que el cine es una industria y que lo mejor que puede pasarle es que sea lo más internacional posible. Por suerte, antes de estudiar cine, comencé a hacer un camino en solitario formándome en Capital y haciendo meritorios. Eso me dio herramientas como para poder entender esa disociación que hay en el camino hacia lo que uno quiere hacer. Por otro lado, quizás una de las máximas fortalezas que he tenido en mi carrera ha sido la de no tenerle miedo a los desafíos y tratar de ir siempre a contrapelo de lo que se estaba haciendo. Diferenciarme del resto. Muchas veces, me tocó allanar el camino para otros realizadores en terrenos como el cine de terror o la animación con proyectos como Belisario, el pequeño gran héroe del cosmos.

—¿Se puede vivir del arte? ¿En qué momento pudiste hacerlo?

—Sí, pero es difícil. Hay momentos de turbulencia y duda, pero a la larga si uno hace lo que le gusta suele poner empeño para que las cosas sucedan. Creo que lo principal es que si uno elige un camino en particular hay que intentar no tener un plan b y dar todo para que nuestro plan de vida se haga realidad. El arte es complejo y muchas veces se tardan décadas hasta que uno puede decir que ha formado un perfil profesional que allana algunos caminos y que puede hacer que uno pueda vivir del arte. Hoy, vivo de mi trabajo. Espero poder decir eso mismo dentro de una década.

—¿Tenés proyectos a futuro?

—Muchos. Espero poder seguir generando proyectos ligados al cine de género y poder aportar mi granito de arena para que cada día el género latinoamericano sea más respetado. Por lo pronto, en breve saldrá editado un nuevo libro que escribí con Rodrigo García Ferreyra llamado Línea paranormal. Son 13 historias de horror que imaginamos adaptadas al cine o a una serie.

—¿Cuál es tu mirada sobre la distribución de cine en Argentina?

—La distribución es un universo que cambia cada día. Sobre todo ahora con la pandemia y por cómo está cambiando la industria cinematográfica a nivel global. Creo que el paradigma clásico de distribución está dando sus últimos pasos y que deberemos acostumbrarnos, nos guste o no a nuevos paradigmas donde las plataformas de streaming sean quienes marquen los nuevos paradigmas de distribución de cine. También la forma en la que los espectadores consumirán nuestras producciones.

El tesoro más preciado: el filme Mete miedo

—De forma reciente comenzó el rodaje de Mete miedo, un thriller de tu autoría, ¿qué sensaciones te merece? ¿Qué podés contarnos al respecto?

—La verdad es que es una sensación extraña. Única. El paso del papel a la pantalla es algo maravilloso. Cuando uno comienza a darle forma a un universo en papel sueña con que luego eso tenga una correlación en la realidad. Observar el proceso por el cual un personaje delineado en un guion, toma carácter real y es encarnado por un actor o actriz es sumamente gratificante. A la vez es una responsabilidad saber lo que implica que ese pasaje suceda. Todos los elementos y situaciones que comienzan a jugar para que pueda hacerse realidad. Creo que la sensación se potencia por el marco en el que se está llevando a cabo el rodaje. En medio de una pandemia con el mundo detenido. Eso lo hace aún más surrealista.

Mete miedo es un thriller sobrenatural que está llevando adelante Néstor Sánchez Sotelo con su productora Del Toro Films y un elenco internacional encabezado por Marco de la O (Rambo: last blood, El Chapo), María Abadi, Meli Garat, la mexicana Rubí Vizcarra y Fiorella Duranda, entre otros. Es una película deudora del cine de terror de los años ochenta. Es como si Pesadilla en lo profundo de la noche se encontrara con It follows. Es una película muy climática, pero con arranques bien sangrientos para los amantes del género.

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