Entrevista Exclusiva

Inés Palombo: “En todas las funciones busco algo nuevo”

El 2020, en vez de detenerla, la impulsó a imaginar una nueva manera de acercarse a la gente, y la tecnología le dio la posibilidad de coachear e imaginar una nueva carrera por ese lado.

La talentosa actriz y docente Inés Palombo vive un gran momento. Tras un año de parate en lo actoral, debido a la pandemia imperante, pero de gran crecimiento en el ámbito del coaching, vuelve a los escenarios con Valeria radioactiva, imperdible obra de Javier Daulte, que se puede ver todos los martes a las 20.30 en Espacio Callejón, de la ciudad de Buenos Aires. La recordada actriz de Rebelde way y Floricienta, además, en su faceta de coach ontológico brindará próximamente el curso de coaching motivacional “Logrando tus objetivos”, desde el 12 de mayo, los miércoles a las 19.30, con inscripciones y más información en [email protected]. Sobre todo esto dialogamos con ella.

Inés Palombo comenzó a principio de los años 2000 en el medio gracias a participaciones en exitosas tiras televisivas que recorrieron el mundo. Pero inquieta, siempre fue por más, comenzando a bucear en el mundo del teatro, con participaciones en obras clásicas como Las brujas de Salem, El Don Juan y títulos emblemáticos como Chau Misterix. Sin renegar de la TV participó de Mi amor, mi amor, El Marginal, Babylon, Las estrellas y en cine en películas como Cómo ganar enemigos y Te pido un taxi. Ahora, con un presente de teatro, se anima a avanzar con el coaching y su escuela de teatro.

—¿Cómo viviste el 2020 con el parate por la pandemia?

—Lo mío fue un poco raro, con la obra nos íbamos a ir a Barcelona al Festival Grec, era uno de mis sueños, ir con obra de Javier, pero no se pudo, se truncó, laboralmente como a todos. Igual me lo tomé, más allá de todo, bien. Actoralmente ya no había mucho trabajo y como soy coach ontológica, me reinventé por ese lado, durmiendo a la actriz por un rato, y desarrollando ese costado. Coacheé a mucha gente por Zoom, acá y afuera, y me quedé muy contenta por poder hacerlo, porque mi escuela de teatro y la obra no continuaron, pero en mi caso, por el lado del coaching, por una necesidad me demandó mucha energía.

—¿Extrañaste actuar?

—Soy muy adaptable, extrañaba, pero no me quedé con la melancolía, hice lo que tenía que hacer, y ahora que volvimos me di cuenta lo que lo extrañé. Me reconozco afortunada, con mucho trabajo, y nadie me regaló nada, sabiendo que la pasamos muy mal.

—¿Cómo fue el retorno al escenario con esta obra tan aceitada con protocolos y distanciamientos?

—Uno podría haber pensado que estaríamos más rígidos después de un año, pero me di cuenta de que crecimos después de la pandemia, Javier nos los dice, te encontrás hoy con otra verdad, parado en otro lugar, lo veo, lo siento, y con respecto al protocolo me doy cuenta lo fácilmente adaptable que soy. Es raro con el barbijo, que por mi personaje estoy bastante tiempo fuera de escena, tal vez otros compañeros no lo sufren esto tanto, antes tenía una escena de beso, que se modificó, de por sí ya teníamos mucha distancia, a Javier le gusta eso, no el de estar amuchado al otro.

—¿Es complicado volver a un ­personaje?

—Es espectacular, primero si hacés una obra que te gusta mucho, me pasó ya con Chau Misterix, de Mauricio Kartun, y cuando hacés un personaje que amás. Porque si no lo amaras, en el teatro independiente no lo hacés, entendés que todo el tiempo buscás cosas, no te quedás quieta. Me pasó cuando empecé en teatro haciendo Sasha en Ivanov, de Chejov, con dirección de Raúl Serrano, y esa actriz, que era más fría, más durita, repitiendo el texto, ahora es distinto, busco que el texto esté vivo, en todas las funciones busco algo nuevo, me dicen que eso se ve, y lo disfruto mucho, es la pasión y las ganas.

—¿Qué es lo que más te gusta de Julia, tu personaje en Valeria…?

—Es uno de los personajes más lindos que hice, hacer de inmortal, de una señora de 55 años con este look de una serie de televisión de este estilo, fue un desafío al principio porque tenía un código y un color sobreactuado que había que ver hasta dónde llegar, buscando la verdad, sumado a que es drogadicta, el hijo que desapareció, muchas cosas y después la segunda pata de la otra Julia, que es también otro regalo, porque me saco las ganas de trabajar con naturalismo y me encanta. Cuando Javier me llamó me dijo que tenía el personaje para mí y me encantó.

—Porque además Julia es el personaje que termina dar por sentido a toda la historia…

—Claro, puede ser ella, puede ser la muerte, la vida, o la muerte y la vida, muchas metáforas que cada uno se lleva lo que quiere y lo que puede.

—¿Cómo sigue el año de trabajo?

—Estoy con Valeria radioactiva, preparando el curso de coaching “Logrando tus objetivos”, que será en principio online, en mayo, y me tiene muy entusiasmada, porque si bien ya vengo coacheando, no es la primera vez que voy a dar clases, porque lo hago en teatro, pero sí de esto, dando herramientas para que puedas hacer lo que quieras. Seguimos con la escuela de teatro, que tengo con Eliana González, online, y aparecieron algunas cosas, pero aún no se confirman.

Cómo es Valeria radioactiva

Valeria radioactiva cuenta cómo una exitosa escritora de guiones de televisión (María Onetto) tiene un sistema de trabajo muy particular en el que, junto a su asistente (Jorge Gentile), han desarrollado los programas más exitosos de los últimos años de una cadena de televisión. Cuando están por comenzar una nueva historia, para la cual ya se han comprometido intereses económicos muy importantes, Valeria (Onetto) cae enferma, justo en el momento en el que también se iba a conocer su verdadera identidad. La narración cruza la ficción y la realidad de la obra, en donde diferentes planos introducen nuevos relatos, el de los personajes imaginados por la autora, y en donde Julia (Palombo), es mucho más que un producto de la imaginación de Valeria. Acompañan a estos actores, además, una impactante e histriónica Laura Oliva, Daniela Pantano, Agustín Daulte y Carlos Defeo, en el rol que anteriormente encarnaba Héctor Díaz.

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