La inolvidable figura de Johny Tolengo

En un repaso histórico por los ciclos, personajes y figuras que marcaron un momento de la TV argentina, diario Hoy recuerda la figura interpretada por Juan Carlos Calabró.

Corrían los años ochenta cuando Juan Carlos Calabró puso manos a la obra para crear un personaje majestuoso y brillante llamado Johny Tolengo, que aparecería en una cantidad de programas y películas.

La primera entrega, con el guion a cargo de Salvador Calvo, fue protagonizada por Noemí Alan y Guillermo Francella.

La película en cuestión, Johny Tolengo, el majestuoso, llegó a las salas en 1987 con un éxito total.

Admirado por todas las generaciones: padres, adultos y niños, la historia del líder fue la de un famoso que había ganado muchos premios, vivió en Estados Unidos, estaba abocado al público de los niños, pero fue estafado por una empresa discográfica, entonces la mafia lo perseguía haciéndolo parte de aventuras desopilantes, buscando que firme con ellos para poder explotar su fama y talento.

Los responsables de la creación de este líder tuvieron inspiraciones en muchos ídolos populares, como Palito Ortega y Diego Armando Maradona.

Con características muy personales como cualquier mortal, Tolengo era un vanidoso y fanfarrón que siempre hablaba de sí mismo, pero su corazón actuaba de forma empática y humana.

Con solidaridad y con amigos que siempre lo acompañaban, el hombre fue el gestor de un estilo que consistía en decir frases hechas, tener un look brillante y unisex, luciendo sacos de piel o pantalones y camisas con brillos, así como unos anteojos que fueron su marca registrada.

Entre sus dichos más conocidos están “tu ruta es mi ruta” y “la tristeza no es mi amiga”.

El hombre bailaba con destreza y simpatía, haciendo pasos de circo y ejercicios que derivaban en una forma muy particular de bailar y en una performance muy marcada.

La familia heredó sus trajes, que hoy se convirtieron en tesoros para guardar.

A la par de las novelas, las películas y las series, estaban las obras de teatro que llegaban a la calle Corrientes, y así Tolengo daba cuenta de sus aventuras sobre las tablas.

Supo estar acompañado por un elenco estelar, con su hija mayor Iliana incluida, que por ese entonces era una universitaria que se había formado en la carrera actoral.

Siempre estuvieron las grandes producciones, sanas y familiares, con las que se convertía en un ídolo popular con valores y mensajes bien recibidos.

El rey de los brillos y las lentejuelas fue también el precursor de muchos hits, que fueron adoptados por las hinchadas de fútbol que alentaban al club de sus amores. El más preciado es “qué alegría, qué alegría, olé olé olá”.

Siempre estuvo acompañado por artistas grandes, como Jorge Porcel, Alberto Olmedo, Juan Carlos Altavista, Tristán, Javier Portales, Carlitos Balá, entre otros.

La vida íntima

Formado como locutor nacional, los inicios de Calabró fueron en radio y como humorista en programas inmersos en ese lenguaje.

Al llegar a la adultez fue a casarse con su amor eterno Coca, con quien tuvo dos hijas llamadas Iliana y Marina.

Con una carrera profesional que duró más de cuarenta años, el humorista formó parte de sus producciones y de otras como Polémica en el bar, hasta que dijo basta, pues consideró que era hora de retirarse.

Tiempo después se abocó a disfrutar de su hogar, de los amigos y de toda la siembra cosechada.

Sin embargo, como no todo lo que billa es oro, el hombre sufrió de una enfermedad que supo transitar con dignidad hasta que, a mediados del cambio de milenio, abandonó este mundo para irse de gira eterna.

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