La magia de Juan Alberto Badía

En un repaso histórico por los ciclos, personajes y figuras que marcaron un momento de la TV argentina, diario Hoy recuerda al gran periodista y locutor.

En los años 70, Juan Alberto Badía empezaba su carrera profesional como periodista, y nunca dejó de trabajar hasta su fallecimiento. Si bien han pasado muchos años desde su partida física, su legado es indiscutible, puesto que durante su recorrido profesional instaló una forma de hacer radio y otra de comunicar en televisión, y además, gracias a su infinita generosidad, despegó la carrera de muchos colegas, les dio lugar a los grupos del momento, permitió que los artistas difundieran su obra y así con todos aquellos que le pedían un espacio en sus creaciones.

Con una fuerte impronta musical, el muchacho de Ramos Mejía era un fanático declarado de The Beatles y solía elegir sus canciones para cada producción que supo llevar adelante. De esta manera, las cortinas musicales de los shows siempre tenían que ver con la banda o las creaciones independientes de sus integrantes.

Con esfuerzo y dedicación, Juan Alberto tenía una formación certera en el periodismo, pero además su cultura general era la marca registrada que supo poner en jaque cuando estaba en el universo del éter o delante de una cámara de televisión.

Las buenas noticias llegaron a su fin mientras jugaba al tenis, cuando sintió un fuerte dolor que lo dejó sin aire y por el cual tuvo que ir a un médico a hacer una consulta. Asífue como le diagnosticaron una enfermedad terminal, como una secuela de todos sus años de fumador. Sin rendirse, Juan Alberto fundó una radio online en su casa para seguir trabajando y disfrutando.

Con notable sentimiento, el hombre ganó el galardón a la trayectoria al recibir un Martín Fierro, y agradeció con palabras sentidas en una fiesta en la que estuvo acompañado por su familia y seres queridos.

Los días que siguieron, el periodista los pasó descansando junto a sus amigos y seres queridos, que le dieron el adiós final en una reunión muy íntima.

Los inicios

Nacido a mediados de los años cuarenta, la infancia del también locutor transcurrió en Ramos Mejía junto a sus amigos y familiares. En los inicios de su primera juventud, logró ingresar a estudiar al Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER), donde se graduó con honores iniciando lo que sería el cimiento de su vasta trayectoria. Además, no es un dato menor que su papá era un reconocido locutor de la zona.

Para ganar sus primeros dineros, junto a su hermano fundó una productora para luego animar fiestas temáticas y eventos. Poco a poco, fueron apareciendo los primeros programas radiofónicos y las incursiones con colegas de renombre, que fueron convirtiendo su apellido en una marca registrada.

Noticias Relacionadas