Entrevista Exclusiva

Mariano Peluffo: “Este tipo de proyectos nacen con el rol de interpelarnos”

Sinónimo de realities, en esta oportunidad, además de conducir Relatoras argentinas, lo produce. Un programa que marca un hito en cuanto a igualdad de género en un ámbito tan machista y competitivo como el fútbol.

Relatoras argentinas, de martes a viernes a las 22 en TV Pública y los domingos a las 21, es el nuevo programa conducido por Mariano Peluffo. Allí, 16 participantes buscarán consagrarse como la nueva voz del fútbol.

Con un jurado integrado por Viviana Vila, Walter Nelson, Evelina Cabrera y Miguel “Tití” Fernández, Peluffo habló con diario Hoy sobre el proyecto.

—¿Sensaciones de tener Relatoras argentinas ya en el aire?

—Siempre poner un programa en la pista es un logro. Por ese lado contento, super entusiasmado con el proyecto, que desde el vamos me pareció innovador y disruptivo, sabiendo que iba a traer mucha repercusión en todo sentido, de la buena, de a crítica también, este tipo de proyectos nace con ese rol, el de interpelarnos. Estoy muy contento y entusiasmado con ese rol que tiene el programa.

—Yendo a las críticas, en un primer momento se reclamaba que tuviera que existir el programa para darles espacio a las mujeres...

—Ayer hablaba por mensaje privado de Twitter con una influencer muy activa en las redes que hacía muchas críticas al programa y ahora dice algunas otras cosas, y le escribí para decirle: Che, te leo, y preguntarle qué le gusta, qué no, y me agradeció que le haya escrito y yo le dije que no sé si este es el mejor proyecto, pero es un proyecto, y para mí que se haga ya es un gran paso.

—Porque, si no, si uno se queda con las críticas y no lo hace, ni siquiera existiría la posibilidad...

—Claro, y además con muchos recaudos y reparos que tomamos, que no haya participantes eliminadas, que las devoluciones sean en pos que mejoren, tratar de que sea lo más federal posible. Y hay críticas porque no hay participantes de determinadas provincias, nosotros hicimos el casting y no ocurrió, ojalá hubiese habido 10 por provincia, pero no ocurrió. Por otro lado, pensamos esto como un intento, que visibiliza, pone el tema sobre la mesa, y ahora tenemos que mejorarlo, escuchar las críticas, aquellos que entrevistamos nos dieron buen feedback, y eso también es positivo. En la marcha y en el camino iremos entendiendo muchas cosas, porque las revoluciones, como la que vivimos sobre la igualdad, son cambios sociales muy grandes que no se dan de un día para el otro, sino por fundido. Hay cambios, no es lo mismo que se deconstruya un pibe joven, que yo a mi edad o mi madre a la suya, hay que entender los tiempos de todos y mientras tengamos en claro ese concepto hay lugar para todos, y bienvenidas todas las críticas.

—Además de ciertos recaudos, recibiendo ­capacitación específica en género, entre otras cosas, ¿cuáles son tus sensaciones de realizar el programa y saber, en un punto, que estás haciendo historia?

—Lo que tiene de bueno es que está en la TV Pública, que ocupa un rol federal, en todo el país y en todas las clases sociales; y por otro lado, es un proyecto que ni siquiera entra en discusión en la mesa de otro canal. Tratamos de que sea lo más provechoso para todos, para la TV Pública, para las relatoras, para la mujer, para todos, es un lugar y ojalá más adelante ni siquiera se necesite hacerlo.

Lo hacemos sabiendo que hay muchas cosas por mejorar, que nos vamos a equivocar, recibiremos críticas, pero lo iremos puliendo y ojalá que surjan otros proyectos en esta línea, porque además es un emergente de lo que pasa en la sociedad, si saliéramos con un programa que defendiera la esclavitud, sería otro el resultado. Me encanta ser parte del proyecto, sabiendo que podría quedarme en mi zona de confort, con la radio, cocinando a la mañana en televisión y ya, pero me encanta hacerlo, que mis hijas me hagan su devolución es muy importante.

—Las participantes no son todas relatoras, tienen sus historias personales, son diferentes, ¿cómo conectaste con ellas?

—Algunas chicas ya relataron, y son realmente muy buenas, otras que no relataron pero son periodistas deportivas, otras que no son ni periodistas deportivas ni locutoras, pero les llama la atención esto y les parece que está buenísimo como plataforma de visibilización, y así armamos el casting, con una mirada coral.

“Queremos que las 16 participantes se vayan mejor”

Delante y detrás de cámara, Mariano Peluffo es el responsable de muchas de las decisiones de Relatoras argentinas, un reality federal, que potencia la TV Pública. Esta busca a la voz de los relatos deportivos de una manera diferente para los realities. El programa, en vez de subrayar la competencia, enfatiza el acompañamiento y formación para lograr que cada una de las participantes se destaquen y luzcan en sus intervenciones.

—Antes decías que sería impensado este proyecto en otra plataforma, y seguramente tendría otro estilo en otro canal, pero siendo que vos estás también con la producción, ¿qué cosas quisiste que sí pasaran en Relatoras argentinas?

—Que ninguna se volviera a su casa a la semana. Me parece que todas, de alguna u otra manera, se pusieron en manos del programa, para abrirse, para exponerse, y una chica que hoy está trabajando donde sea y se vuelve a la semana a la casa, no vuelve al mismo lugar, vuelve para atrás. Claro que hay una ganadora, pero queremos que las 16 se vayan mejor, amigas, compañeras, sororas, solidarias. Nos han escrito ahora algunas aspirantes y que nos dicen que se olvidaron de enviar en su momento el currículum y creo que también, en un punto, tal vez querían ver qué pasaba en el programa, y ahora que vieron que no es un “mamarracho”, quieren estar.

A todas les contestamos y ojalá haya una segunda temporada. Me parece que todo es por ahí. Es un cambio de paradigma en muchas cuestiones y a nosotros nos toca acá, humildemente, con este espacio en TV Pública, y con un ámbito tan machista como el del fútbol, Banfield tiene su presidenta mujer y no hay más, y ni hablar de tesoreras u otros cargos en comisiones directivas de clubes de fútbol con mujeres. Este es un primer paso, y aunque haya que mejorarlo y no sea el ideal, para mí es un orgullo.

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