entrevista

Marina Pessah revela detalles del III Festival Internacional de Cine Documental

Competencias nacionales e internacionales y una clásica muestra traerán lo mejor del “cine de lo real” a los espectadores.

Desde hoy y hasta el 5 de julio se desarrollará el III Festival Internacional de Cine Documental y la 15° muestra DOCA, con eje en los “40 años de democracia en las calles, cine de lucha y resistencia”. Para saber más detalles, diario Hoy dialogó en exclusiva con uno de los miembros de la entidad, Marina Pessah. El festival se desarrollará en varias salas de CABA y también online en la web Vivamos Cultura.

—¿Qué tan complicado se hizo este año la realización de la muestra?

—Este año no es muy diferente a otros. La situación general de crisis en el país atraviesa a todos los sectores y en el audiovisual específicamente nos afecta profundamente. Venimos de una gestión del Incaa que finalizó con la renuncia de Luis Puenzo, que profundizó lo actuado por el macrismo durante cuatro años. Atravesamos la lucha por la continuidad de los fondos de fomento a la cultura y logramos que se extendiera por 50 años. Todo el sector unido impulsó y exigió la renuncia de Luis Puenzo, quien al asumir dijo: “Dentro de la ley todo, fuera de la ley nada (Ley de Cine)”, y devastó la producción nacional, incumpliendo con la Ley de Cine.

En el presente, el fondo de fomento a la actividad cinematográfica también es víctima de la crisis que atraviesa nuestro país. La afluencia de público en las salas no es suficiente para nutrir con su aporte al fondo de fomento, aun siendo que sigue en aumento el regreso a las salas de cine, la falta de una política de distribución y pantallas para la exhibición de cine independiente de ficción y documental, se suma al pedido del sector para que las plataformas cumplan con su obligación fiscal de tributar en nuestro país, para nutrir los fondos de nuestra actividad.

En este marco, realizar un festival es una decisión política fundamental. Las pantallas del festival internacional DOCA, Documentalistas de Argentina, se hacen eco de esta realidad y se proponen como un espacio para debatir estos temas y difundir películas que de otra forma el público no tendría dónde verlas.

Desde hace 17 años que realizamos la muestra DOCA; al inicio nació para ser una tribuna de exhibición para los documentales de nuestros socios, hace tres años nos convertimos en festival para am­pliar y profundizar nuestra mirada política sobre la actividad cinematográfica y que las políticas de fomento sigan permitiendo la realización de festivales como este. No es fácil organizar un festival en este contexto, lo hacemos porque es parte de la lucha y militancia que caracteriza a nuestra asociación para que nuestro cine y el de todos siga existiendo.

—¿Cómo resolvieron la curaduría a partir de las películas presentadas?

—Este año nos convocamos bajo el lema de “40 años de democracia en las calles, un festival de la resistencia”. Nos motivó preguntarnos qué democracia nos representa, ya que entendemos y transitamos la democracia como parte de la lucha por un mundo mejor. Esto definió, trazó un eje desde donde mirar el material que fue llegando, como organizarlo y realizar la curaduría. El conjunto de películas que presentamos, producciones europeas, latinoamericanas y nacionales, tanto largometraje como cortometrajes, dialogan con este eje. Nos representan como documentalistas, nos sentimos hermanados, a través de películas españolas que indagan sobre los crímenes del franquismo, producciones latinoamericanas que reflejan las luchas ambientalistas en Colombia, Méxi­co, muchísimos cortos sobre identidad trans, el foco Kurdistán sobre la lucha del pueblo kurdo por su independencia, mostrando a través de cuatro películas la vida cotidiana dentro de los territorios y la persecución de la cual son víctimas.

Estas miradas desde distintas partes del mundo dialogan con la mirada política del festival, con los estrenos de socios DOCA también presentes en esta edición, cuestionando este sistema injusto de distribución de la riqueza, de destrucción de nuestros recursos, de atropello a los derechos humanos. Al mismo tiempo que son producciones que desde estos temas abordan también repensar las formas de producción audiovisual y la necesidad de fomentar desde el estado un cine que constituye nuestra memoria presente y futura.

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