Romina Yan, la heredera eterna de Cris Morena

La productora fue mamá de una joven actriz que dejó este mundo, pero su legado aún perdura vigente.

De la unión de Cris Morena y Gustavo Yankelevich nació Romina, una actriz versátil que dejó una huella imborrable en el arte del país. Siendo una descendiente de la familia de talentosos, Romina dio sus primeros pasos en la pantalla chica de la mano de su mamá cuando participó de Jugate conmigo como una de las integrantes estables del staff de jóvenes promesas de la televisión argentina.

Luego, la mujer comenzó a dar sus pasos como actriz en la serie Chiquititas y ya el público la amaba. Luego siguió por Quereme y Mi cuñado. Además sus colegas se hicieron muy amigos suyos.

Con el paso del tiempo, Romina creció y se enamoró de un colega llamado Darío que trabajaba tras las cámaras. Así decidieron dar un paso más y pasaron por el altar con una boda muy pequeña. Asimismo, decidieron que era el momento para llamar a la cigüeña y así lo hicieron dándole la recibida a los tres hijos en común, a los que llamaron Franco, Valentín y Azul que hoy son jóvenes que transitan los estudios secundarios o universitarios. Además, la joven era una artista de todos los rubros porque cantaba, bailaba, hizo teatro, comedia, drama y hasta una novela muy recordada. También confesó que ha tenido problemas con la alimentación y la anorexia, pero fueron momentos que pudo superar con ayuda de la fuerza y el amor de la familia.

Luego del éxito rotundo de Chiquititas donde ganaron una fama internacional, la joven decidió que era momento de hacer un parate para estar en su casa, y así lo hizo por unos años para luego volver en un rol para el unitario Tiempo final. Asimismo, grabó el filme sobre la serie juvenil y una novela junto a Chayanne más Araceli González. También fue contrada para conducir las entregas de Disney en un canal privado. Luego daría un paso más en su carrera profesional con las producciones Amor mío y Abre tus ojos. Se sumó a Casi ángeles y a una obra de teatro.

Todo marchaba sobre ruedas, su carrera crecía, su familia también y nada parecía hacer notar que la vida cambiaría para siempre. Sucede que, en un día común y corriente, la mujer fue a entrenar y comenzó a sentirse mal, tuvo un problema de salud y se descompensó. Además, fue llevada al hospital, pero los esfuerzos no lograron mantenerla con vida y abandonó este mundo para irse de gira eterna.

Con un fuerte dolor, la familia entera transitó el dolor, pero luego puso manos a la obra para recordar a Romina de la mejor forma posible, de la manera más feliz y sana y es por ello que muchas producciones fueron hechas en su honor.

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