Totó la Momposina se retira de los escenarios

Así lo hizo saber a través de un comunicado. Días atrás tuvo su despedida en un multitudinario festival colombiano.

A los 82 años y después de más de 50 de ellos entregados a la música, la cantora y artista colombiana anunció su retiro de los escenarios. El anuncio llegó a través de un comunicado de su familia y equipo de trabajo. La leyenda de la cumbia se baja de la tarima, pero su canto seguirá alimentando el baile.

Ella nació en Talaigua, Isla de Mompox, tierra caliente cercana al caribe colombiano en 1940, bajo el nombre de Sonia Bazanta Vides. La música siempre estuvo a mano, en casa. Es que su padre Daniel Bazanta, fue maestro tamborero y su madre Libia Vides fue cantaora y bailarina en Bogotá, ciudad a la que habían llegado debido al desplazamiento por la violencia de esos años en su país; estudió en el Conservatorio Nacional. Allí, primero acompañó al grupo de su madre y luego ya se largó en solitario. Durante los 60 recorrió Estados Unidos y Europa y fue allí que eligió quedarse un tiempo. No solo para seguir cautivando con su canto y con los ritmos que traía desde siempre, desde su infancia, sino también para estudiar historia de la danza, coreografía y ritmo en la Universidad de La Sorbona. Y también fue en ese continente, en 1982, que templó el escenario de Oslo durante la entrega del Nobel de literatura a su compatriota Gabriel García Márquez. Las fotos de aquella noche demuestran que el escritor no pudo seguir el ritmo caliente del canto de Totó.

Es larga la tradición de cantadoras colombianas: desde Etelvina Maldonado hasta Petrona Martínez, cada una en sus estilos. Pero Momposina es, vale decir, la que resalta en cada rincón. Entre sus discos se encuentran Totó La Momposina y Sus Tambores (1993), Cantadora (1989) y Carmelina (1995). Su reconocimiento internacional había llegado con La Candela viva, trabajo de 1993. Su ritmo es la cumbia, pero no solo eso: porro, mapalé, chalupa y el folklore de su país, sobre todo el costeño.

Durante los últimos años recibió infinidad de premios y reconocimientos: Congos de Oro del Festival de Barranquilla en 1999 y 2009; el Premio a la Trayectoria WOMEX del 2003; el Grammy Latino en 2013 a la excelencia musical, entre otros. Y su influencia es reconocible en las generaciones contemporáneas que, desde su propio estilo, enlazan con estos ritmos. Por ejemplo, los colombianos Bomba Estéreo y los locales La Delio Valdez. Allí, claro que resuena Totó.

El comunicado oficial que informó el retiro fue firmado en conjunto por la familia de la artista y el equipo de Gotok Music. “Totó presenta desde hace un tiempo dificultades neuro-cognitivas que le impiden seguir actuando sobre los escenarios (...). Totó llega así a un momento definitivo en su larga carrera artística, la cual ha sido realizada con absoluta dedicación, entrega, amor y devoción, y es el momento de valorar y proteger todo lo que ha logrado junto a sus músicos. Por eso es importante que todas aquellas personas en el mundo que se han sentido tocadas e inspiradas por la música de Totó, por su carisma y energía, sean conscientes de su estado de salud y puedan ofrecerle su amor, energía y solidaridad”, señalaron. Mientras tanto, el sábado pasado, Totó se hizo presente en el Festival Cordillera de Bogotá para ser agasajada por nuevas generaciones, a modo de despedida. “Somos un país de dos costas, estamos todos mezclados, los esclavos eran africanos y también indígenas, tenemos 360 etnias, 60 lenguas. El éxito mundial de la cumbia tiene que ver con eso. Es un ritmo amoroso en el que confluyen las dos razas esclavas. El sentido de la cumbia apunta a la unión y al encuentro. Además, es una música dulce”, dijo hace unos años la propia Totó al periodista Mariano del Mazo. La matriarca de la cumbia se baja de los escenarios, pero su canto sigue ahí, reverberando y haciendo bailar.

Noticias Relacionadas