Un amor de película

Han pasado más de tres décadas desde su separación, pero hoy recordamos el romance y la actual amistad entre Susana Giménez y Ricardo Darín.

n los años 80, la diva Susana Giménez triunfaba en toda la Argentina como una actriz de renombre por su trabajo en cine, en series y novelas. Además, estaba siendo una gran comediante y daba sus primeros pasos como conductora en Hola, Susana, un formato de programa en el que había entretenimientos, concursos, sorteos, entrevistas y mucho más. Ella era una sex symbol que estuvo casada en primeras nupcias con el padre de su hija Mercedes, y luego tuvo un romance de casi cinco años con el boxeador Carlos Monzón, pero tomaron caminos por separado.

Luego de un breve período de soltería, la mujer comenzó un romance con Ricardo Darín para ser una de las parejas más queridas, que supo aprender a transitar el camino del amor y que se separó en buenos términos, porque los dos tenían deseos diferentes. Por el tiempo que compartieron en común, la pareja compartió también el trabajo, haciendo obras de grandes autores y llenando teatros. Además, iban por todo el país haciendo temporada.

Vale mencionar que cuando se conocieron él era un chico que daba sus primeros pasos como actor en la escena nacional, mientras que ella ya tenía una carrea construida. Si bien se llevaban trece años, estaban muy enamorados y la relación fue una gran inversión sentimental por nueve años. Además, se separaron por sus diferentes expectativas y lograron forjar una amistad que dura hasta el día de la fecha.

La primera vez que se cruzaron fue en los años 80, cuando filmaron la película He nacido en la ribera, pero luego compartieron otro proyecto, y allí ya no se separaron. Lo suyo fue una química especial, por lo que dieron rienda suelta a sus pasiones. Consolidados como los famosos que estaban, más juntos que nunca, la pareja estrenó Sugar, un musical en el que compartían escenario con Arturo Puig, y todo marchaba sobre ruedas. Una noche, según declaró Ricardo, se acercó a la diva de los teléfonos y le dijo que quería vivir en una casa, con hijos y todo. Ella tenía otras preferencias, y fue el comienzo del fin.

Ricardo Darín conoce a Florencia

La ruptura entre Susana y Ricardo fue el punto final de una era de éxitos y portadas de revistas, pero como ocurrió en excelentes términos, todo marchaba sobre ruedas. Así, él siguió trabajando como nunca, y un día estaba cenando en un local a la salida del teatro y vio a una morena muy alta con rulos que llamó su atención. Sin embargo, su rutina siguió como siempre. Unos días después, se cruzaron de nuevo en un bar donde ella tomaba café, después de salir de una función junto a una amiga suya. La muchacha en cuestión era Florencia Bas, y él no tardó en decirle que estaba muy interesado.

Tiempo después comenzaron un noviazgo, y ese mismo año pasaron por el altar para luego abrir el juego a la fundación de una familia con dos hijos, Ricardo y Clara. Hoy los jóvenes han crecido, el primogénito sigue los pasos de su papá y lo hace con creces, entre Argentina y el viejo continente. Por su parte, la benjamina de la familia es una artista textil de primer nivel.

Susana sigue adelante

La diva de los teléfonos quedó soltera al terminar la relación con Ricardo, mientras trabajaba sin cesar. Por su parte, comenzaba a conducir un programa en la televisión con mucho éxito, en el cual desplegaba su picardía para las entrevistas, los concursos y los shows en vivo. Allí conoció a un polista llamado Huberto Roviralta. El flechazo fue inmediato, y se casaron para irse a vivir a un departamento.

Con mucho tiempo en común, ellos vivían juntos, viajaban y compartían sus cosas. Pero la rutina hizo mella y, luego de menos de dos décadas juntos, tuvieron una separación de hecho que llevó a un divorcio. Además, estaba comprometido debido a que tenía un affaire con una vedette llamada Flavia Miller: se filmaron en una situación íntima y se separó de su esposa. También protagonizaron una escena de pelea en la que la Su le tiró un cenicero.

Cada uno siguió su rumbo, él recibió una indemnización y ella dejó esto en el pasado. Asimismo, tuvo otras dos parejas conocidas y luego se quedó soltera, ya que solo quería estar con su hija y sus nietos. Se instaló en Uruguay, donde volvió a hacer teatro y a salir.

Tiene una vida pública y de vez en cuando visita Argentina para supervisar sus negocios y atender sus propiedades. También visita a sus amigos íntimos y disfruta de la vida. Por ahora, no tiene intenciones de regresar a la pantalla chica. Su hija Mercedes la acompaña a todas partes, al igual que Lucía y Manuel, sus nietos, fruto de la relación de su primogénita con el empresario textil Eduardo Celasco.

Con declaraciones contundentes, la Su siempre dice que ama su país natal, pero que debido a las gestiones políticas a veces le resulta difícil estar aquí sin generar controversias o perder un poco de paz. Además, utiliza las redes sociales para mostrar sus salidas cotidianas y las cualidades de las mascotas que cría con mucho amor.

Una carrera eterna

La diva de los teléfonos hizo una carrera profesional con creces en el séptimo arte. En un principio, tuvo la oportunidad de actuar en La Mary junto al boxeador Carlos Monzón, quien lamentablemente falleció en un accidente automovilístico en 1995. Ellos habían tenido un noviazgo, ya que el flechazo fue inmediato durante el rodaje bajo la dirección de Daniel Tinayre. Esta pareja convirtió la película en un éxito rotundo.

Tiempo después, ambos estuvieron en Italia viajando y trabajando en el extranjero, sobre todo en el proyecto titulado The last round, que se realizó en 1976. Luego trabajaron en Tiro de gracia y en Esa maldita costilla, bajo la dirección del argentino Juan José Jusid. En la década de los 90, la diva sufrió la pérdida de su amigo íntimo Gustavo Damián, quien murió durante un robo en su domicilio. Ante el dolor, declaró que “el que mata tiene que morir”, y abrió una polémica en torno a la eficiencia de la Justicia en Argentina, así como a la impunidad de los delincuentes en estos casos.

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