entrevista

Valeria Lois, entre el teatro, el cine y la tele

La talentosa intérprete vive un gran momento en todos los escenarios posibles y aguarda el estreno de Temas propios, su nueva película.

Valeria Lois es hipnótica. En cada interpretación pone en evidencia su capacidad para construir universos que trascienden la pantalla y el escenario. Al éxito en Flow de Parte de una religión se le agrega el suceso sin precedentes de La vida extraordinaria, junto a su socia y amiga Lorena Vega, con quien también presenta Precoz, Lois como actriz y Vega como directora. En una extensa charla con diario Hoy contó detalles de sus trabajos y anticipó la comedia Temas propios, rodada en Uruguay, en la que comparte cartel con el platense Diego Cremonesi.

—¿Cómo estás haciendo para trabajar en todo lo que estás realizando en este momento?

—Con una amiga actriz tenemos una frase que es “peor es trabajar”, porque hay muchas cosas que están ligadas al placer también. Y te tengo que reconocer que tantas noches ocupadas y entregadas al trabajo y a la actuación hacen que algo alrededor por momentos empiece a tambalear. Necesito un sábado a cinco de la tarde bajar todo lo que tiene que ver con lo social, con los compromisos, ver amigos, pasear por lugares, etcétera, porque tengo que empezar a ponerme en modo actriz.

Entonces, cuando eso se repite mucho, y esto estamos hablando de que desde comienzo de año ­estamos, estoy con esta rutina, hay un momento en el que sentís que te dan ganas de parar. Pero bueno a mí trabajar me gusta, soy una persona orientada hacia el trabajo, y en este momento estoy en una situación un poco ideal porque como te decía al comienzo está muy ligado con las buenas rela­ciones, con el humor, con el ­entenderse con los otros, como que cada vez llego a una situación. Jueves y viernes hacemos Precoz y sábados y domingos La vida extraordinaria.

—Y estuviste en el Cervantes ­también...

—O sea, terminé en el Cervantes y volví a La vida extraordinaria y a Precoz, que era con lo que había arrancado el año. En el medio estuvo el Cervantes, que también fue de jueves a domingo, superintenso, un texto exquisito que nos hacía como atravesar tres situaciones de actuación distintas. Pero bueno, insisto, incluido el Cervantes en todos esos hay algo cercano a la familia, digamos. No en un ­sentido ni demagógico, ni cliché, ni cursi, sino que realmente mucha familiaridad, mucha apertura, mucha necesidad de estar muy cómodos. Me siento cómoda en cada uno de esos lugares, entonces, bueno, eso hace que todo sea muy ameno.

—Y dentro de esa comodidad, revivió Parte de una religión...

—Bueno, y pasó eso, que ni hablar, siento que ya me estoy reiterando, pero la hicimos en el primer año de pandemia, hacia fin de año, fueron tres días de rodaje. Cada capítulo se grabó en un día cuando todavía estábamos bastante limitados: si uno se enfermaba éramos todos contacto estrecho.

Lo hicimos con muchísimo ­cuidado, pero también fue como, bueno, de repente un verano en el medio de esos tiempos, ese mo­mento fue relindo. Cuando se estrenó, se puso por streaming, la serie gustó mucho, pero es como si ahora, esta vuelta, este espacio en Flow le hubiera venido bien para que lo vea mucha más gente, que me parece que lo está disfrutando mucho. Parte de una religión es una ficción que tiene un tono que a mí me parece como distinto.

—Es algo distinto como cuando salió otra ficción tuya como División Palermo, se celebraba esto...

—Me parece que se combinó la posibilidad de algo muy independiente, puesto en una plataforma a la que tiene acceso un montón de gente y que eso es muy bienvenido y muy celebrado. Yo tengo una sensación parecida a lo de División Palermo porque tiene que ver con confiar en una decisión que uno toma, que es que no pongo figuras rutilantes. Como que hay algo de los nombres que sigue siendo, ¿viste?, para todos, digamos, como una forma de trabajo o una decisión que ya es, se da por sentada que es así, que en este caso, como en época de pandemia y por una cuestión de afinidad. Entonces era entre nosotros, digamos. Como que no necesitamos, digo, lo vamos a hacer entre nosotros, me sumaron.

Y a mí me pasó con Parte de una ­religión. Vino Santi Gobernori, que es un amigo hermano, y me dice: “Che, Vale, te queremos invitar a a sumarte a una serie que vamos a hacer”. Y le respondí: “Dale, ya estoy”. Ahí me dijo que la leyera y cuando la leí me reía en voz alta, pero porque son esos viajes a los que voy, no me importa a dónde me lleven, me subo.

—¿Cómo fue sumarte a Precoz, que ya venía como arriba de un auto?

—Precoz es una obra que yo me acerqué al trabajo antes que Julieta Díaz, lo quisimos hacer juntas con Lore y con las productoras y Ariana Harwicz. Yo después, prepandemia, me bajé bastante por miedo y también porque no sabía cómo iba a ser para asumir otra cosa tan enorme en teatro. Para mí a veces el exceso es mucho y Lore, que ya sabés, que es una hermana, una hermana casi yo misma, alguna vez alguien ha dicho de nosotras que somos un monstruo de dos cabezas, me dijo: “Yo te tengo que preguntar si la querés hacer ahora”. Y la verdad es que, así como tuve ese miedo en aquel momento, en el primero, tuve ahora la sensación como de un pensamiento muy básico y noble de que me tenía que dar esa oportunidad y cómo que me tenía que volver a dar la posibilidad de probar.

Sobre Precoz: “A los 50 ya sos una madre, una señora, pero acá hay otra cosa”

Todos los jueves y viernes a las 20, en Dumont 4040 (Santos Dumont 4040, CABA), se presenta Precoz, con dirección general de Lorena Vega, texto de Ariana Harwicz, protagonizada por Valeria Lois y Tomás Wicz, un relato sobre un vínculo entre madre e hijo diferente que además reflexiona sobre mandatos y el deber ser.

—¿Cómo fue el encuentro con Tomás Wicz?

—Lo que pasó entre nosotras y con Tomás es increíble, como un poroto más. Lorena dirigiendo es alguien, porque no es fácil que te dirijan en el punto justo en el que vos y la otra persona se comprenden. Y ella tiene una capacidad para escuchar, para mirar y para decir increíbles.

Entonces, ya de por sí, para mí la puesta era genial, Julieta Díaz estaba genial, todo era genial lo que vi. Yo sentía que me podía venir bien probar algo de ese personaje en el sentido de cierta sensualidad a esta edad, de cierto salvajismo, de una incorrección, pero también, en esa incorrección poder empatizar y que la gente empatice con ella.

Entonces se empezó a armar una búsqueda y unos colores para mí como actriz. Insisto lo de la edad porque cumplí 50 y no es fácil, ¿viste? Cómo encontrarse en personajes donde uno pueda explorar algunos colores, como que a los 50 ya sos, bueno, una madre, una señora, y que este personaje tiene algo roto, marginal, este imperfecto que para mí estaba buenísimo y que lo estamos como súper explorando. Y que después de hacer durante tanto tiempo La vida extraordinaria, La puerca, en el medio estuvo lo del Cervantes, que fue como una ola así de adrenalina y locura divina, pero tener algo tan nuevo, porque lo de Cervantes, empezó y terminó, es muy lindo.

—Mencionaste La puerca. Tenés vos también estas obras en las que no se sabe cuándo se termina y a las cuales podés volver en cualquier momento...

—Total. De hecho, La puerca vuelve en septiembre, va a ser una función, en Los Vidrios, que es un lugar, el estudio de Lisandro Rodríguez, y vamos a hacerla durante los sábados de septiembre y octubre con funciones como las funciones anuales. Y también sigue siendo un material que se renueva, en microcosas, incluso que se renueva por la gente que la viene a ver. No sé, hay un público superjoven, ya desconocido por mí, digamos, como no sé, actores y actrices y personas que vienen a verla que quizás cuando la empecé a hacer tenían 12 años. Van creciendo y van acompañando como un fenómeno y ven un trabajo que bueno, que se gestó hace 10 años, pero hay algunos trabajos que perduran y que siguen teniendo su vigencia. Obras que retoman porque todavía hay gente que las quiere ver.

Sobre el teatro y más

“Lo que pasa con el teatro es increíble”, dice entusiasmada a Hoy Valeria Lois, y continúa: “Empezó a pasar hace mucho que es que no importa la hora, no importa el lugar, ya no es que tenés que estar en el circuito del Abasto o de la calle Corrientes, no sé. La puerca es en un lugar hermoso, donde lo hacemos y la gente va y agota”.

—¿Cómo sigue el año de ­trabajo? Te pregunto esto, pero claro que ya tenés un gran presente con muchas propuestas…

—Sigue con ATAV2, que fue obviamente grabado el año pasado y está buenísimo. Entiendo también que hay otra configuración y que la gente ahora mira las cosas en YouTube, que tiene otros tiempos.

—En Flow competís con vos misma, porque está ATAV2, Parte de una religión y varias películas tuyas entre lo más visto. ¿Cómo se vive eso?

—Es otra lógica, una lógica nueva a la que todos nos estamos adaptando. Y después este año fue un año de mucho teatro y ahora estoy filmando una película de Gabriel Nessi con un elenco precioso, y después hay otro proyecto de cine muy independiente que se va a filmar en octubre en Areco. Y después no hay mucho más por delante. Viste cómo somos nosotros, que las cosas van apareciendo a medida que los días van pasando.

Noticias Relacionadas