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Amenaza espacial: más de 10.000 toneladas de basura orbitan alrededor de la Tierra

Los desechos orbitales están poniendo en peligro misiones y la seguridad en el espacio: expertos argentinos proponen soluciones globales para enfrentar la creciente acumulación.

Desde el inicio de la carrera espacial en 1957, se han lanzado al espacio un total de 15.760 satélites. Sin embargo, de estos, la mitad se han vuelto inactivos y se han transformado en meros desechos orbitales. Expertos argentinos están instando a la implementación de medidas concretas para abordar este problema que afecta a la comunidad global.

El riesgo de colisiones y el deterioro del ambiente espacial son preocupaciones centrales. A lo largo de las últimas seis décadas, se han registrado 640 explosiones y colisiones entre objetos en órbita. Estos incidentes no solo amenazan la integridad de los satélites y naves espaciales activos, sino que también pueden derivar en el impacto de fragmentos en la Tierra, en el ­océano o en áreas pobladas.

En esta línea, la Argentina, a través de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), participa en la Comisión sobre la Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíficos (Copuos) de la ONU, desempeñando un papel activo en la búsqueda de soluciones.

La historia de la basura espacial:

La primera colisión registrada tuvo lugar en 1996, entre el satélite francés Cerise y un desecho del cohete Ariane-1 H-10 de la ESA. Sin embargo, el problema se agravó exponencialmente a partir de 2007 cuando China realizó una prueba de misil que despedazó uno de sus propios satélites a 860 kilómetros de altitud.

Asimismo, uno de los incidentes más graves ocurrió en 2009 cuando dos satélites chocaron accidentalmente a una altitud de 776 km. Este choque entre el satélite de comunicaciones estadounidense Iridium-33 y el satélite militar ruso Cosmos 2251, que estaba fuera de servicio, destaca una cantidad significativa de basura espacial que aún hoy representa la amenaza.

La licenciada, Cecilia Valenti, en su tesis de maestría de la Universidad Nacional de La Matanza, subraya la situación crítica y reflexiona: “Los desechos representan hoy el mayor porcentaje de los objetos que orbitan la Tierra y los estudios de su proliferación indican que, de no existir planes de acción para subsanar la situación, el efecto de las colisiones en cascada transformará el ambiente espacial en un lugar inhabitable para cualquier misión”. Por su parte, Marcelo Colazo, doctor en Astronomía y gerente de Vinculación Tecnológica de la Conae, indicó que “además del crecimiento de la basura espacial, en los últimos años aumentó la cantidad de satélites operativos, de agencias espaciales, pero sobre todo del sector privado, con mega constelaciones”.

Para concluir, la preocupación es particularmente intensa en las órbitas bajas, donde se concentran la mayoría de los satélites operativos y los desechos. Esta región, ubicada entre 500 y 1.000 kilómetros sobre la Tierra, es crucial para muchas misiones, incluidas las argentinas.

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