salud y bienestar

Bruxismo, ¿un mecanismo para liberar estrés?

Si bien puede provocar problemas dentales o mandibulares que van desde un simple dolor hasta el desgaste o la alteración de la articulación, un equipo de investigadores destacó que rechinar los dientes podría tener efectos positivos para la salud mental.

El bruxismo (apretar o rechinar los dientes) puede generar problemas mandibulares o dentales que van desde un simple dolor hasta el desgaste y la destrucción de la articulación, con lo cual siempre se recomienda utilizar un protector bucal que permita contrarrestar las consecuencias de esta acción.

Si bien está asociado a una actividad involuntaria que se produce al dormir, el bruxismo puede ocurrir fuera de la cama. Según estudios de prevalencia, un 5% de la población mantiene la actividad de los músculos masticatorios estando despiertos.

En este sentido, investigadores del Departamento de Psicobiología y Metodología en Ciencias del Comportamiento de la Universidad Complutense de Madrid explicaron que, durante la vigilia, esta actividad puede desempeñar un papel positivo a la hora de afrontar estrés, ya que ayuda a liberar tensión.

Para llegar a esta conclusión, los especialistas analizaron los resultados de un estudio que contó con la participación de 68 estudiantes universitarios de entre 17 y 31 años, una franja etaria en la que la prevalencia de este trastorno es mucho más alta. Los voluntarios se dividieron en dos grupos, de acuerdo al tipo de bruxismo que padecían, y respondieron una serie de cuestionarios psicológicos sobre depresión, ansiedad, personalidad y estrés.

Pese a que los participantes del estudio con bruxismo de ­vigilia mostraron mayores niveles de somatización, ansiedad y neuroticismo, también alcanzaron valores más altos en cuanto a la adaptabilidad.

Por su parte, la investigadora Teresa Sánchez, del Departamento de Odontología Conservadora y Prótesis de la Universidad Complutense y coautora del estudio, destacó que el bruxismo “es un factor de riesgo en el desarrollo de trastornos temporomandibulares, un conjunto heterogéneo de afecciones neuromusculares que constituyen el segundo problema musculoesquelético más común”.

Si bien el origen de este trastorno aún continúa sin estar del todo claro, su vínculo con niveles elevados de ansiedad, estrés y depresión ya fue destacado en numerosos estudios.

Más allá de las conclusiones preliminares del trabajo realizado por los investigadores españoles, desde la institución madrileña reconocieron ciertas limitaciones en el proyecto y señalaron que, aunque los datos obtenidos apoyan la implicación de factores psicológicos en el bruxismo, este hallazgo debe ser confirmado por estudios futuros, en los que las muestras a evaluar sean mucho más grandes y representativas. De esta manera, se podrá develar la naturaleza del bruxismo, distinguir los distintos subtipos y relacionarlos con diversos factores psicosociales.

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